¿AUTORIZACIÓN PARA DISFRAZARSE?
En un tiempo, los edictos policiales penaban al que fuera enmascarado a una fiesta sin autorización de la comisaría. En Carnaval la gente usaba máscaras y uno de los disfraces más populares era el de Dominó, que era una gran capa con capucha y antifaz. Algunos aprovechaban el anonimato para robar. Incluso había quienes se disfrazaban de equilibristas y hacían pirámides humanas para subirse a los balcones y entrar a las casas. La autorización era una forma de control. Quienes la obtenían debían usar una medalla en un lugar visible. MDB