AL FONDO A LA DERECHA!
En la Buenos Aires del siglo XVIII existieron varias formas de llamar al acto de "ir al baño" y los menesteres realizados en él.
Excremento, aguas mayores, excreta, deposición, evacuación, hez, suciedad, defecación y defecación entre otros eran expresiones cultas disimuladas para llamar al producto de las "bajas funciones". Así también la orina tenía su terminología: "aguas menores".
También había distintos nombres para llamar al meteorismo: céfiro, gas, flato, flatulencia o ventosidad. Y más poético podía identificarse como viento, un aire, o una ráfaga.
Finalmente al inodoro se lo llamó común o excusado ya que era un "lugar de necesidad, que por común, excusado es nombrarlo". También se lo denominó evacuatorio, lugar de alivio y lugar de retiro. Este último término deriva de "retrete" del latín retractus (retirado) está definido como un cuarto o habitación pequeña destinado a retirarse o recogerse especialmente a ciertas horas.
Juan Manuel de Rosas llamaba "habitabitángulo" a este lugar tan especial de su casa, mientras que el resto de los porteños y su lunfardo dieron vuelta algunas palabras como "biorsi" (servicio), "ñoba" (baño) y aplicaron otras como "ir al cien" o "cien" ya que en los grandes conventillos los baños con letrinas estaban identificados con ese número.
En la Buenos Aires del siglo XVIII existieron varias formas de llamar al acto de "ir al baño" y los menesteres realizados en él.
Excremento, aguas mayores, excreta, deposición, evacuación, hez, suciedad, defecación y defecación entre otros eran expresiones cultas disimuladas para llamar al producto de las "bajas funciones". Así también la orina tenía su terminología: "aguas menores".
También había distintos nombres para llamar al meteorismo: céfiro, gas, flato, flatulencia o ventosidad. Y más poético podía identificarse como viento, un aire, o una ráfaga.
Finalmente al inodoro se lo llamó común o excusado ya que era un "lugar de necesidad, que por común, excusado es nombrarlo". También se lo denominó evacuatorio, lugar de alivio y lugar de retiro. Este último término deriva de "retrete" del latín retractus (retirado) está definido como un cuarto o habitación pequeña destinado a retirarse o recogerse especialmente a ciertas horas.
Juan Manuel de Rosas llamaba "habitabitángulo" a este lugar tan especial de su casa, mientras que el resto de los porteños y su lunfardo dieron vuelta algunas palabras como "biorsi" (servicio), "ñoba" (baño) y aplicaron otras como "ir al cien" o "cien" ya que en los grandes conventillos los baños con letrinas estaban identificados con ese número.
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