domingo, 23 de febrero de 2014

¿ COMO SERA BUENOS AIRES EN EL AÑO 2080 ?

Mucho antes de la aparición de las películas y series de ciencia ficción, escritores y dibujantes de fines del siglo XIX y principios del XX se atrevieron a soñar. Desde revistas y libros, imaginaron cómo luciría la capital argentina en un futuro para aquel entonces… lejano.

En 1879, un escritor francés llamado Achilles Sioen visitó Buenos Aires. Fue aquí donde se inspiró y escribió un libro de ciencia ficción de tan solo 120 páginas reflejando el futuro de la ciudad en el año 2080.

Su historia era bastante simple: trataba sobre un joven administrador de una mina de cobre que viaja desde la Patagonia a Buenos Aires en la línea Sudamericana de ferrocarril que une el Estrecho de Magallanes con Río de Janeiro.

Mientras avanza a 360 km/h describe lo que ve: los trenes son superlujosos (llevan a 5000 pasajeros y tienen bibliotecas, capilla, un teatro y tiendas), el país es cosmopolita (idiomas como el francés, el inglés, el ruso y el chino son tan usuales de oír en la calle como el castellano) y Buenos Aires cuenta con 2.800.000 habitantes (Argentina tiene 30.000.000). 
 
Además, en el 2080 el espiritismo es considerado una ciencias exactas y el ateísmo, una rareza. La Boca se convirtió en el centro financiero porteño, un gran “sol eléctrico” ilumina la ciudad durante la noche sostenido por una estatua de Prometeo, el Riachuelo fue ensanchado y profundizado y se encuentra flanqueado por un gran bosque. Por hilos grafotelefónicos subterráneos se recibe en las casas los sonidos de los teatros, Europa es un solo país y las guerras han terminado. Y, curiosamente, la soltería es considerada un vicio inmoral, el matrimonio es obligatorio a partir de los veinte años; los piropeadores son mandados a prisión por un Consejo de Ancianos; hay condenas de tres años de trabajos forzados para aquellos novios que no concretan el matrimonio luego de ocho días de iniciado el noviazgo y las mujeres no tienen iniciativa individual y son sumisas a sus maridos.

Sin embargo otros como el diario Crítica en 1927 fueron un tanto más realistas:
“En el año 2177, Buenos Aires será una ciudad fantástica de cientos de pisos de altura, repleta de hangares para las monstruosas naves del espacio. Proyectiles-vagones llevarán pasajeros de América a Europa en minutos. El transporte de energía, sonido e imagen se hará por conductos inalámbricos. Las ciudades no constituirán el refugio del hombre. Como los rápidos medios de locomoción suprimieron las distancias, los seres humanos elevarán sus viviendas en las montañas, en los desiertos canalizados y convertidos en jardines mediante la electricidad aplicada a la agricultura”.

Todos ellos fueron grandes idealistas.
Muchos lamentablemente no han tenido la posibilidad de conocer el caos actual en la agitada y por momentos insostenible Reina del Plata.

Metejon de Barrio le saca viruta al adoquín!

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domingo, 23 de febrero de 2014

¿ COMO SERA BUENOS AIRES EN EL AÑO 2080 ?

Mucho antes de la aparición de las películas y series de ciencia ficción, escritores y dibujantes de fines del siglo XIX y principios del XX se atrevieron a soñar. Desde revistas y libros, imaginaron cómo luciría la capital argentina en un futuro para aquel entonces… lejano.

En 1879, un escritor francés llamado Achilles Sioen visitó Buenos Aires. Fue aquí donde se inspiró y escribió un libro de ciencia ficción de tan solo 120 páginas reflejando el futuro de la ciudad en el año 2080.

Su historia era bastante simple: trataba sobre un joven administrador de una mina de cobre que viaja desde la Patagonia a Buenos Aires en la línea Sudamericana de ferrocarril que une el Estrecho de Magallanes con Río de Janeiro.

Mientras avanza a 360 km/h describe lo que ve: los trenes son superlujosos (llevan a 5000 pasajeros y tienen bibliotecas, capilla, un teatro y tiendas), el país es cosmopolita (idiomas como el francés, el inglés, el ruso y el chino son tan usuales de oír en la calle como el castellano) y Buenos Aires cuenta con 2.800.000 habitantes (Argentina tiene 30.000.000). 
 
Además, en el 2080 el espiritismo es considerado una ciencias exactas y el ateísmo, una rareza. La Boca se convirtió en el centro financiero porteño, un gran “sol eléctrico” ilumina la ciudad durante la noche sostenido por una estatua de Prometeo, el Riachuelo fue ensanchado y profundizado y se encuentra flanqueado por un gran bosque. Por hilos grafotelefónicos subterráneos se recibe en las casas los sonidos de los teatros, Europa es un solo país y las guerras han terminado. Y, curiosamente, la soltería es considerada un vicio inmoral, el matrimonio es obligatorio a partir de los veinte años; los piropeadores son mandados a prisión por un Consejo de Ancianos; hay condenas de tres años de trabajos forzados para aquellos novios que no concretan el matrimonio luego de ocho días de iniciado el noviazgo y las mujeres no tienen iniciativa individual y son sumisas a sus maridos.

Sin embargo otros como el diario Crítica en 1927 fueron un tanto más realistas:
“En el año 2177, Buenos Aires será una ciudad fantástica de cientos de pisos de altura, repleta de hangares para las monstruosas naves del espacio. Proyectiles-vagones llevarán pasajeros de América a Europa en minutos. El transporte de energía, sonido e imagen se hará por conductos inalámbricos. Las ciudades no constituirán el refugio del hombre. Como los rápidos medios de locomoción suprimieron las distancias, los seres humanos elevarán sus viviendas en las montañas, en los desiertos canalizados y convertidos en jardines mediante la electricidad aplicada a la agricultura”.

Todos ellos fueron grandes idealistas.
Muchos lamentablemente no han tenido la posibilidad de conocer el caos actual en la agitada y por momentos insostenible Reina del Plata.

Metejon de Barrio le saca viruta al adoquín!

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