DOS MANJARES BIEN PORTEÑOS
A veces la curiosidad despierta el apetito.
Es por ello que traemos a continuación la historia de dos recetas bien porteñas: Los sandwich de Miga, y el famoso "Postre Vigilante".
El Sandwich de los Ingleses
Quizá ni en París, ni en Roma, ni en Nueva York, se jacten de haber creado un manjar tan simple y rico como los sandwiches de miga, un invento que algunos han tomado como propio.
La leyenda cuenta que en la mismísima Confitería Ideal, de la calle Suipacha al 300, se reunía a principios del 1900 un grupo de ingenieros ingleses.
Extrañando su tierra y para intentar acercarse a los sabores de sus pagos, le pidieron al panadero de la confitería que les preparara un pan parecido al que añoraban.
Su deseo se cumplió y del horno salió el "pan de los ingleses", base de los sándwiches de miga.
Quizá ni en París, ni en Roma, ni en Nueva York, se jacten de haber creado un manjar tan simple y rico como los sandwiches de miga, un invento que algunos han tomado como propio.
La leyenda cuenta que en la mismísima Confitería Ideal, de la calle Suipacha al 300, se reunía a principios del 1900 un grupo de ingenieros ingleses.
Extrañando su tierra y para intentar acercarse a los sabores de sus pagos, le pidieron al panadero de la confitería que les preparara un pan parecido al que añoraban.
Su deseo se cumplió y del horno salió el "pan de los ingleses", base de los sándwiches de miga.
El Vigilante hambriento
Para algunos es algo demasiado sencillo...
Para otros... es un verdadero manjar
Se trata de dos trozos encimados, uno de dulce de membrillo o batata, más otro de queso portsalut o cremoso.
Los más clásicos lo llaman "Postre Vigilante", los simplistas "Queso y dulce", y los más rebuscados "Martín Fierro". Aunque los discriminadores del membrillo lo llaman "Fresco y Batata"
La leyenda cuenta que fue popularizado a partir de la década del 20, en un bar de Palermo en donde solían comer los "vigilantes" (policías).
Aunque otra, la más romántica de las leyendas, cuenta que las amas de casa ofrecían este postre al policía de la esquina, el cual comía de parado, mientras hacía su trabajo.
Para algunos es algo demasiado sencillo...
Para otros... es un verdadero manjar
Se trata de dos trozos encimados, uno de dulce de membrillo o batata, más otro de queso portsalut o cremoso.
Los más clásicos lo llaman "Postre Vigilante", los simplistas "Queso y dulce", y los más rebuscados "Martín Fierro". Aunque los discriminadores del membrillo lo llaman "Fresco y Batata"
La leyenda cuenta que fue popularizado a partir de la década del 20, en un bar de Palermo en donde solían comer los "vigilantes" (policías).
Aunque otra, la más romántica de las leyendas, cuenta que las amas de casa ofrecían este postre al policía de la esquina, el cual comía de parado, mientras hacía su trabajo.