martes, 6 de noviembre de 2012

SOLUCIONES AL GRAVE PROBLEMA DE LA BASURA (Bs.As. finales del 1800)

Para comenzar con este relato, es muy importante saber que la idea de nuestros representantes a finales del 1800, era muy simple “todo lo malo, arrojarlo a las afueras de la ciudad”. Así fue que paulatinamente, la basura, los frigoríficos, prostíbulos y demás empresas non-higiénicas, fueron siendo colocadas lejos de la vista de una ciudad tildada de cosmopolita y afrancesada como era el caso de Buenos Aires.

Si bien corría desde años antes, en 1873, fue inaugurado un tren que recorría doce kilómetros transportando mercaderías desde y hacia los puertos del Riachuelo, y muy circunstancialmente pasajeros.
Sin embargo, una normativa le daría otra utilidad. Esta ley, preveía la construcción de obras “necesarias para el transporte de las basuras de esta ciudad, y de las carnes de los corrales de abasto del Sud”.

En 1870 se ocuparían 26 vagones diarios para llevar las basuras al sitio donde se las quemaba, y en 1876 este número se duplicaría, con una carga aproximada a las 300 toneladas cada 24 horas.
Ahora este servicio le costaba a la Municipalidad el doble (40 mil pesos mensuales) y el Ferrocarril del Oeste propuso hacerlo sin cargo a cambio de los residuos utilizables que se trasportaran (huesos, trapos, metales, etc.).
Para 1881 se hicieron 1.460 viajes con 7.584 vagones que llevaron un total de 75.840 toneladas de basura.

Este ramal cumplió también un servicio de pasajeros, seguramente trabajadores del propio ferrocarril, de las incipientes industrias de la zona que atravesaba y de los Corrales de Parque de los Patricios, antecedente de los Mataderos y Mercado de Hacienda actuales.

Las basuras y desechos de todo Buenos Aires, se cargaban en un terreno baldío, “el vaciadero de Rivadavia y Sanchez de Loria” y se los llevaba hasta la “Quema”, terrenos anegadizos cercanos a la cancha de Huracán, donde se los incineraba al aire libre.

Este recorrido, y la cantidad de basura que comenzaba a generar la ciudad preocupaban a las autoridades. Ante estos problemas surgió la voz de un tal Sr. Huergo que exgrimió muy pensante: “...para allanar los inconvenientes que presentan las basuras, habría que prolongar cinco ó seis leguas el ramal del ferrocarril que las conduce fuera del municipio y dejar que los cerdos devoren los desperdicios.”….

Otras ordenanzas tiempo después indicaron “Al deposito de basuras es necesario trasladarlo de donde está (calle Rivadavia) a otro lugar menos concurrido, o cuando menos hacerle el cercado de pared y su vereda, para que desaparezca la poco agradable vista que hoy se presenta y se hace notar de todos los que viajan en las líneas de tranway que recorren esa calle”.

El vaciadero de Rivadavia fue desactivado alrededor de 1886, y en el lugar se realizó el sembrado con alfalfa y otras plantas, cercándose todo el terreno con alambre y unos postes. Todo el lugar fue embellecido con la plantación de unos 500 eucaliptus y 450 sauces.

Al no existir más vaciadero, el trencito de a poco fue quedando en desuso y aproximadamente para 1890 también fue desactivado.

Fuente: Hist. Angel Prignano




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martes, 6 de noviembre de 2012

SOLUCIONES AL GRAVE PROBLEMA DE LA BASURA (Bs.As. finales del 1800)

Para comenzar con este relato, es muy importante saber que la idea de nuestros representantes a finales del 1800, era muy simple “todo lo malo, arrojarlo a las afueras de la ciudad”. Así fue que paulatinamente, la basura, los frigoríficos, prostíbulos y demás empresas non-higiénicas, fueron siendo colocadas lejos de la vista de una ciudad tildada de cosmopolita y afrancesada como era el caso de Buenos Aires.

Si bien corría desde años antes, en 1873, fue inaugurado un tren que recorría doce kilómetros transportando mercaderías desde y hacia los puertos del Riachuelo, y muy circunstancialmente pasajeros.
Sin embargo, una normativa le daría otra utilidad. Esta ley, preveía la construcción de obras “necesarias para el transporte de las basuras de esta ciudad, y de las carnes de los corrales de abasto del Sud”.

En 1870 se ocuparían 26 vagones diarios para llevar las basuras al sitio donde se las quemaba, y en 1876 este número se duplicaría, con una carga aproximada a las 300 toneladas cada 24 horas.
Ahora este servicio le costaba a la Municipalidad el doble (40 mil pesos mensuales) y el Ferrocarril del Oeste propuso hacerlo sin cargo a cambio de los residuos utilizables que se trasportaran (huesos, trapos, metales, etc.).
Para 1881 se hicieron 1.460 viajes con 7.584 vagones que llevaron un total de 75.840 toneladas de basura.

Este ramal cumplió también un servicio de pasajeros, seguramente trabajadores del propio ferrocarril, de las incipientes industrias de la zona que atravesaba y de los Corrales de Parque de los Patricios, antecedente de los Mataderos y Mercado de Hacienda actuales.

Las basuras y desechos de todo Buenos Aires, se cargaban en un terreno baldío, “el vaciadero de Rivadavia y Sanchez de Loria” y se los llevaba hasta la “Quema”, terrenos anegadizos cercanos a la cancha de Huracán, donde se los incineraba al aire libre.

Este recorrido, y la cantidad de basura que comenzaba a generar la ciudad preocupaban a las autoridades. Ante estos problemas surgió la voz de un tal Sr. Huergo que exgrimió muy pensante: “...para allanar los inconvenientes que presentan las basuras, habría que prolongar cinco ó seis leguas el ramal del ferrocarril que las conduce fuera del municipio y dejar que los cerdos devoren los desperdicios.”….

Otras ordenanzas tiempo después indicaron “Al deposito de basuras es necesario trasladarlo de donde está (calle Rivadavia) a otro lugar menos concurrido, o cuando menos hacerle el cercado de pared y su vereda, para que desaparezca la poco agradable vista que hoy se presenta y se hace notar de todos los que viajan en las líneas de tranway que recorren esa calle”.

El vaciadero de Rivadavia fue desactivado alrededor de 1886, y en el lugar se realizó el sembrado con alfalfa y otras plantas, cercándose todo el terreno con alambre y unos postes. Todo el lugar fue embellecido con la plantación de unos 500 eucaliptus y 450 sauces.

Al no existir más vaciadero, el trencito de a poco fue quedando en desuso y aproximadamente para 1890 también fue desactivado.

Fuente: Hist. Angel Prignano




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