lunes, 17 de junio de 2013

UN ATENTADO... DUDOSO

En 1928 Hipólito Irigoyen asumió su segundo mandato presidencial.

Su primer gobierno había sido una cura reparadora de los males sociales que impedían a la Argentina convertirse en una democracia bien consolidada, pero esta segunda parte lo encontraba mas viejo. Tenía 77 años y carecía de energía y vivacidad para la toma de decisiones lo que comenzó a ocasionar su desprestigio y gran malestar social.

El 24 de diciembre de 1929 Irigoyen salió temprano de su casa ubicada en el barrio de Constitución. Al pasar frente al Hotel Tigre, de la calle Brasil 924, un individuo salió de un zaguán con revólver en mano y disparó cinco tiros contra el automóvil presidencial. El chofer zigzagueó, mientras los custodios comenzaban a repeler el ataque. En el tumulto, Irigoyen sale ileso y el agresor es muerto a balazos y golpes por la custodia.


Habrá dos versiones de este hecho, que nunca llegó a aclararse definitivamente. Según la primera versión, el auto de Yrigoyen fue atacado a balazos a cien metros de su domicilio por un italiano desequilibrado llamado Gualterio Marinelli, italiano de 44 años, residente en el país desde 1905, de profesión mecánico dental, con antecedentes anarquistas.


La segunda versión, señala que Marinelli—que hacía ya muchos años se había alejado del anarquismo— quiso entregar una carta al presidente de la Nación para solicitarle la reincorporación de un médico en un hospital barrial y que la custodia policial lo confundió con un agresor y lo mató a tiros.


La reacción de Yrigoyen podría hacer creer la segunda versión ya que el mandatario fue al hospital a ver el cadáver de Marinelli y luego resolvió que la Lotería Nacional le entregara a la viuda cien pesos mensuales. Parte de la leyenda cuenta que Irigoyen con gran dolor habría manifestado "Y yo que nunca hice mal a nadie!"


Lo cierto es que la vida útil del primer presidente radical se disfumaría tiempo después, con el golpe que daría fin a su mandato en 1930.


domingo, 16 de junio de 2013

DE CUANDO LAS TINTORERIAS NO ERAN JAPONESAS

Viajando en colectivo por Buenos Aires surgen varios disparadores para poder investigar sobre nuestra ciudad. Y uno de los últimos interrogantes fueron las tintorerías.
Todos tenemos la idea de la típica tintorería atendida por una familia japonesa... pero la pre-historia de estos negocios no dice lo mismo.

En la foto, podemos observar la primera tintorería de Buenos Aires. La misma estaba ubicada en Av. del Libertador al 200 (foto de 1870).

Las Tintorerías Prat, habían sido fundadas por Adrián Prat, un industrial destacado a comienzos de siglo XX. Había comenzado en 1863 con un capital de 10 pesos, sin embargo, su descubrimiento, una pócima limpiadora, lo hizo conocido en esos tiempos.

La "Loción Prat", que él mismo comenzó a vender en las calles luego de llenar frascos personalmente, era una mezcla de hiél de buey y agua de río que dejaba mal olor una vez evaporada.

En 1882 este vendedor de "hiél y agua" recibió una de las medallas de oro en la primera Exposición Continental llevada a cabo en la Plaza Once.

También Prat fue uno de los primeros en fabricar paños de tela. Así es como en su negocio se lavaba y limpiaba la lana, se cardaba e hilaba para darle luego un terminado. Para ello trajo operarios expertos y nueva maquinaria de Europa. Su fábrica fue uno de los primeros ejemplos del "fabrique nacional".
En una visita de mandatarios gubernamentales, mientras visitaban la empresa, grande fue el asombro, al ver que en dichas instalaciones se confeccionaban las telas para vestir a los ejércitos Argentinos.

En el álbum de la Unión Industrial Argentina de 1923 se menciona que la Tintorería Adrián Prat contaba con 25 sucursales en la Capital Federal y el interior. 
 
 
¿QUE HACER CON LAS "CHUSMAS DE BARRIO" ?

Si hubo un tipo que reflejó la realidad del porteño a principios del siglo XX, ese fue Roberto Arlt. Con un humor ácido, siempre intentó mostrar pinceladas tragicómicas de su realidad social.

Aqui traemos parte de una nota suya, en donde se mete en un tema "ponzoñoso" como las "chusmas de barrio" y que medidas gubernamentales habría que tomar para combatirlas:

"En todos los barrios, así como se han instalado surtidores de querosene y nafta, deberían ubicarse jaulas de madera con sólidos barrotes y varios loros parleros en su parte superior.
En esas jaulas se encerrarían por algunas horas a las comadres convictas y confesas de chismosas, a las vecinas peleadoras, a las que se dedican a escribir anónimos, a los maridos ausentes y a las que se comen las gallinas del prójimo"


Roberto Arlt - "Fantasticos proyectos para Modernizar a Buenos Aires" (fragmento) - Revista Don Goyo - 1926

viernes, 14 de junio de 2013

OLIENDO A NÁPOLES EN BUENOS AIRES
 
El 13 de junio de 1934, se inauguró el Mercado de Concentración Mayorista de Pescado en Barracas, un barrio que combinaba industrias y quintas. La idea de aquel Estado era la de controlar los precios de los productos que provenían principalmente del Puerto de Mar del Plata.
Ahí llegaba, a través del Riachuelo, toda la producción de pescados y mariscos que consumía la Ciudad de Buenos Aires.

El mercado contaba con instalaciones frigoríficas y una máquina elaboradora de hielo en escamas, que por esa época era única en Sudamérica.
La estructura tenía una calle central, a la cual podía accederse con vehículos donde funcionaban los diferentes puestos. Eran 8 naves cubiertas con techos a dos aguas. El estilo era principalmente Art-Decó, utilizando faroles y herrería.

Las actividades siguieron hasta 1983, cuando una Ordenanza trasladó todas las funciones al Mercado Central.
Desde entonces, y hasta 2001, ese lugar enorme quedó abandonado y con varios problemas estructurales.

Actualmente se encuentra totalmente restaurado y en él funciona el Centro Metropolitano de Diseño destinado a la creación y desarrollo de Pymes creativas.

Dirección: Algarrobo 1041

 

jueves, 13 de junio de 2013

COMO CONQUISTAR EL MUNDO... DESDE EL CAFE

El 4 de junio de 1801, el diario “El Telégrafo Mercantil” dió cuenta de un nuevo local que se abriría en la intersección de las calles De la Santísima Trinidad y San Carlos (actualmente Bolívar y Alsina): “Mañana jueves se abre con superior permiso una casa café en la esquina frente del colegio, con mesa de villar, confitería, y botillería. Tiene hermoso salón para tertulia, y sótano para mantener fresca el agua en la estación de verano”.


Al local se lo denominó “Café de Marco”, aunque algunos lo llamaban “Mallcos”. También se lo conoció como “el Café del Colegio”, porque estaba frente al Colegio de San Carlos.

 

Tenía dos billares, lo que le daba categoría y atraía a los jóvenes, pero era el lugar donde se reunían los hombres.

El local no tenía más adorno que dos espejos de regular tamaño. Los mozos servían de calzón corto, chaquetas y alpargatas. Se bebía, además de café y chocolate, vinos españoles, anís, agua con azucarillos, denominados “panales”, “agrio”, (o sea jugo de limón o de naranja, con agua y azúcar), y “sangría” (vino tinto, agua y limón).
El café también ofrecía a sus clientes el alquiler de un pequeño carruaje para los días de mal tiempo, en que se les hacía difícil volver a sus casas.

Habitualmente en horas de la noche no había parroquianos, sobre todo en invierno, excepto los grupitos de jugadores y noctámbulos. Los hombres de la colonia, que se casaban muy jóvenes, generalmente antes de los veinticuatro años, no iban a los cafés. Se quedaban en sus casas, o iban a algunas tertulias familiares. No era bien visto que el casado acudiese de noche a un café; y sólo en circunstancias extraordinarias se excusaba el hacerlo.


Toda discusión política, amistades y conquistas amorosas se planeaban en lo de Marco. También se redactaban algunos de los pasquines que a la noche eran arrojados por debajo de las puertas de calle incitando alguna que otra revolución.


El Café de Marco fue un apostadero de patriotas durante las invasiones inglesas y lugar de reunión de reunión de Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Vicente López y Planes, Bernardo de Monteagudo en vísperas de la Revolución de Mayo de 1810.

Luego de la fiebre amarilla, la concurrencia bajó notablemente y tuvo que ser cerrado en el año 1871.


QUE CHIFLETE!

Estufas a kerosene, hornallas, estufas eléctricas, tiros balanceados, A/C frío calor, losa radiante, paneles... distintos son los implementos que utilizamos actualmente los porteños para cuando hace frío.
Pero, ¿que se utilizaba allá por el 1800 para mantenerse algo calentito en el piso de tierra?
Una respuesta a ello nos la brinda el inglés Beaumont en su paso por nuestra ciudad allá por 1826-1827:

"...Pocas casas están provistas de hogares y chimeneas en Buenos Aires; por cierto, ninguna sino aquellas que han sido construidas en los últimos tiempos por los ingleses, y unas pocas incorporadas por los nativos a imitación de ellos...

"...La falta de chimeneas y ventilación en sus cuartos, los hace terriblemente húmedas y frías. Esto es corregido, insuficientemente por el uso del brasero, que consiste en un elemento de bronce de unas doce pulgadas (aproximadamente 30 cm.) de diámetro, ubicada en un marco de madera, unas seis pulgadas (aproximadamente 15 cm.) elevado del suelo.
Este cuenco es llenado con brasas de madera del fuego de la cocina, transmite un calor mediano al residente que está encimado sobre él, pero no es un calor genial; el gas anhídrido carbónico y otras emanaciones, que se desprenden producen desvanecimientos, vértigos y a veces apoplejía; y produce inflamaciones de los pulmones y tuberculosis frecuentemente fatales..." *

Tomando en cuenta esta cita, tener en cuenta siempre el viejo consejo: "nunca dejes tu casa cerrada con algún artefacto encendido para calentar el ambiente y siempre tené alguna mínima ventilación en el ambiente a fin de evitar el CO2"

*Fuente: J. Beaumont, Viajes por Buenos Aires, Entre Ríos y la Banda Oriental (1826-1827), Buenos Aires, Solar-Hachette, 1957

 TRAFICÓ... PERO TUVO PREMIO

En el año 2000, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires puso punto final al dilema de la calle Antonio Machado del barrio porteño de Caballito. 

Actualmente, esta calle recuerda al célebre poeta español autor de “Cantares”, pero originariamente, esta arteria cercana al Parque del Centenario recordaba a un capitán portugués llamado Antonio Machado Carvalho, eufemísticamente llamado “comerciante”, pero cuya verdadera ocupación era el tráfico de esclavos.

Este personaje, arribó a la ciudad en la fragata portuguesa "Rosa del Río", dedicada al tráfico de seres humanos. Cuenta la historia que en épocas de epidemia de viruela, Machado Carvalho trajo a dos esclavos portando la vacuna en su sangre, estableciendo así una cadena viviente por el pasaje de brazo en brazo para que el virus sobreviviera y pudiera transportarse durante el largo viaje.
La real finalidad del comerciante era cuidar la salud de los 30 esclavos que pensaba vender y así obtener mejor precio… no la de traer una cura a la epidemia.

De esta manera Machado Carvalho se adelantó a la expedición del médico Francisco Balmis enviado por el rey Carlos IV para realizar primera campaña de vacunación en el mundo.
Por ese gran aporte a la población, el “traficante” recibió una medalla por parte de la Municipalidad de Buenos Aires.

Metejon de Barrio como siempre, una suricata curiosa!

En la foto, (y para graficar como le habrían quedado los brazos a esos esclavos), "fases de los granos de la vacuna de la viruela", por el dr. Francisco Balmis - 1803.

miércoles, 12 de junio de 2013

EL COLOR DEL TRABAJO

¿Qué decir de algo tan banal y comercial como una marca?

¿Como hablar de sentimientos hacia algo que es inerte?
El sentimiento logramos expresarlo en algo que nos queda en la retina o en el paladar, algo que recordamos de nuestra niñez, o simplemente algo que añoramos volver a vivir.
¿Quién no tuvo una prenda desteñida por el paso de los años, o una abuela o tía vieja que le dijera "ponele anilina y revolvé"?

Anilinas Colibrí fue fundada en noviembre de 1911 en la esquina de Callao y Cangallo, por un ingeniero alemán: Germán Ortkras. En su origen no era una empresa comercializadora sino envasadora, representante de algunas marcas alemanas, entre ellas Bayer.


En el año 1942, se traslada la planta de la calle Cangallo, a la actual planta de la avenida Alvarez Thomas en el barrio porteño de Villa Ortúzar, logrando expandir la línea productos. En breve se comenzó con la producción de artículos tales como las pomadas para calzados, tintas para cuero, renovadores de gamuza, decolorantes, cera para pisos, tintas para tela y otros.


Ortkras era soltero, y al no tener descendencia, la dirección de la misma pasó a manos de dos personas que ya trabajaban con él: Wolfgang Stork y Juan Miguel Andriano y sus respectivas familias.

Una empresa familiar, no sólo por ser parientes, sino por la manera y el trato que se tenía con todo el que se desempeñaba tanto en la fábrica como en las oficinas, con un gran sentimiento de orgullo y pertenencia.

El recuerdo de algunos cuenta los festejos de la primavera en que se llenaban las calles de guirnaldas, y los días de Reyes, organizadas ambas fiestas por los Amigos de la calle Alvarez Thomas.

Para los festejos de Reyes se contrataban camellos que luego se guardaban en los depósitos de Anilinas Colibrí. Eran acontecimientos sociales donde participaba tanto la gente como los comerciantes de la zona.

En una época en que en las empresas la movilidad social es permanente, llama la atención que el personal de Anilinas Colibrí se mantiene por años, e incluso a través del tiempo se fueron incorporando hijos y nietos de estos empleados y obreros.



Este es un humilde homenaje de
Metejon de Barrio a aquellas marcas con historia, que son un ejemplo de esfuerzo, trabajo y unidad.





PATRIMONIO ESCONDIDO EN BUENOS AIRES: COLONIA SOLA

Colonia Sola es un conjunto de departamentos construidos en 1889 por los ingleses cuando eran los dueños de los ferrocarriles. Se encuentra sobre la calle Australia al 2700 en el barrio de Barracas, y está dividido en cuatro edificios de estilo inglés, con detalles poco comunes: aldabas en las puertas, cúpulas de vidrio sin vidrios, mármoles importados y tejuelas normandas en los techos que actualmente sólo se consiguen en Sudáfrica.

El proyecto y la ejecución de Colonia Sola comenzó en 1890 con la dirección de Jorge Drabble, director del Ferrocarril del Sur, empresa británica dueña de las redes ferroviarias.

La historia comienza cuando la empresa ferroviaria adquiere un extenso terreno cercano a la Plaza Constitución, e instala allí una estación de cargas con talleres adicionales.

El nombre de esta playa de cargas, “Sola”, debe su origen a la hoy conocida calle Salta, camino que unía la Estación Constitución con la playa de cargas, llamada así por ser poco frecuentada.

Los empleados que trabajaban en las playas de cargas Sola o aquellos que llegaban de las provincias por alguna diligencia, tenían un lugar donde albergarse. Y es así como surge la Colonia Sola.

Los empleados ferroviarios legaban a Constitución y el jefe les daba una llave de hierro grande, para abrir estos departamentos que entonces eran dormitorios. Las habitaciones no tenían baños ni duchas, y los inodoros se encontraban sobre el pasillo. Ya en 1923 se incorporó a cada departamento una ducha y un WC, logrando para cada familia su propio baño.

A mediados del siglo pasado, la playa de cargas dejó de funcionar y las viviendas fueron cedidas a sus ocupantes. Actualmente el lugar es habitado por hijos de empleados ferroviarios quienes conforman una mutual.

Colonia Sola es parte de la belleza patrimonial de Buenos Aires y hay que protegerla. 
 
 
 

martes, 11 de junio de 2013

Personajes Queribles: Hoy "MAMA ANTULA"

Sor Antonia de San José llegó desde Santiago del Estero a Buenos Aires en 1779.
Pero lo más extraño fue que llegó a esta ciudad descalza, con una cruz de madera en las manos, exhortando por las calles a la penitencia e invitando al retiro de ejercicios espirituales a quien pasara delante de ella.
Algunos la tomaron de "loca" o "bruja". Tal es así, que hasta fue apedreada por unos niños al llegar.

Ella se refugió en la Iglesia del Pilar y aquí le surgieron más inconvenientes. El virrey Vertiz, se opuso a que Antonia abriese una casa para ejercicios espirituales y el Obispo porteño queriendo probar su espíritu, intentó frenar su idea durante nueve meses poniendole pruebas. Resistió a todos los palos en la rueda, y tiempo después, logró su cometido.

En 1780 "Mamá Antula" como se la conocía familiarmente, comenzó a dar ejercicios espirituales a 20 personas. En poco tiempo, llegó a calcularse que asistían a sus pies unas 15.000 almas.

La casa de ejercicios, fundada en 1793, se levanta actualmente en Av. Independencia 1190-94 y guarda los restos de esta mujer casi desconocida por el común de los porteños, que se enfrentó a todo por un "loco" ideal.
LA FIACA

En estos días medianamente fríos y grises, quienes hacemos Metejón tenemos fiaca de salir a la calle, de viajar, de ir al supermercado, de visitar familiares...
En 1933 Roberto Arlt, uno de los mejores escritores argentinos, reflejó en el diario El Mundo, un análisis muy acertado para aquella época de este término. Aquí les dejamos un fragmento, y quienes puedan, disfruten de no hacer nada...

“…No hay porteño, desde la Boca a Núñez, y desde Núñez a Corrales, que no haya dicho alguna vez: -Hoy estoy con "flaca".
O que se haya sentado en el escritorio de su oficina y mirando al jefe, no dijera:
-¡Tengo una "fiaca"!
De ello deducirán seguramente mis asiduos y entusiastas lectores que la "fiaca"
expresa la intención de "tirarse a muerto", pero ello es un grave error.
Confundir la "fiaca" con el acto de tirarse a muerto es lo mismo que confundir un asno con una cebra o un burro con un caballo. Exactamente lo mismo.…”

“…La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto: "Desgano físico originado por la falta de alimentación momentánea". Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso durante ciento y pico de años.
Comunicábame un distinguido erudito en estas materias, que los genoveses de la Boca cuando observaban que un párvulo bostezaba, decían: "Tiene la 'fiaca' encima, tiene". Y de inmediato le recomendaban que comiera, que se alimentara.

En la actualidad el gremio de almaceneros está compuesto en su mayoría por comerciantes ibéricos, pero hace quince y veinte años, la profesión de almacenero en Corrales, la Boca, Barracas, era desempeñada por italianos y casi todos ellos oriundos de Génova. En los mercados se observaba el mismo fenómeno. Todos los puesteros, carniceros, verduleros y otros mercaderes provenían de la "bella Italia" y sus dependientes eran muchachos argentinos, pero hijos de italianos. Y el término trascendió. Cruzó la tierra nativa, es decir, la Boca, y fue desparramándose con los repartos por todos los barrios. Lo mismo sucedió con la palabra "manyar" que es la derivación de la perfectamente italiana "mangiar la lollia", o sea "darse cuenta"….”

“…Ustedes recordarán haber visto, y sobre todo cuando eran muchachos, a esos robustos ganapanes de quince años, dos metros de altura, cara colorada como una manzana reineta, pantalones que dejaban descubierta una media tricolor, y medio zonzos y brutos..."
"...Bueno, esos grandotes que no hacían nada, que siempre cruzaban la calle mordiendo un pan y con un gesto huido, estos "largos" que se pasaban la mañana sentados en una esquina. o en el umbral del despacho de bebidas de un almacén, fueron los primitivos "fiacunes". A ellos se aplicó con singular acierto el término.

Pero la fuerza de la costumbre lo hizo correr, y en pocos años el "fiacún" dejó de ser el muchacho grandote que termina por trabajar de carrero, para entrar como calificativo de la situación de todo individuo que se siente con pereza.
Y, hoy, el "fiacún" es el hombre que momentáneamente no tiene ganas de trabajar. En toda oficina pública o privada, donde hay gente respetuosa de nuestro idioma, y un empleado ve que su compañero bosteza,inmediatamente le pregunta:
-¿Estás con "fiaca"?
Aclaración. No debe confundirse este término con el de "tirarse a muerto", pues
tirarse a muerto supone premeditación de no hacer algo, mientras que la "fiaca" excluye toda premeditación, elemento constituyente de la alevosía según los juristas. De modo que el"fiacún" al negarse a trabajar no obra con premeditación, sino instintivamente, lo cual lo hace digno de todo respeto…”

Roberto Arlt - Aguafuertes Porteñas (1933)

lunes, 10 de junio de 2013

PABELLONES QUE YA NO EXISTEN

- El Pabellón de las Rosas

Este salón se encontraba en el 2855 de la avenida Alvear (hoy Av. Del Libertador), esquina Tagle y comenzó a funcionar a comienzos del siglo XX.

Era un gran edificio señorial, simétrico, con ventanales al frente, que en cierta medida recordaba a los pabellones de las exposiciones mundiales europeas. Se ingresaba a él trasponiendo una rotonda entre hermosos jardines que seguían el criterio paisajista de la época. Además un restaurante y el salón de baile, tenía pista de patinaje; ocasionalmente también se dieron funciones de teatro. En torno al Centenario llegó a tener una banda de música propia dirigida por Gaetano D’Alo.
 
En el Pabellón se ofrecieron los más recordados “bailes del internado” que dieron los estudiantes de medicina una vez al año, y para los que actuaron grandes típicas —Canaro, Berto, Castriota, Brignolo, Firpo— incluyendo una orquesta gigante de Fresedo, en 1919, de treinta profesores y con dos pianos: Cobián y Delfino.

La última actividad bailable del Pabellón de las Rosas fue durante 1929, en Carnaval. Al llegar Cuaresma fue cerrado, y para Pascua se lo demolió.

Hoy, lo único que recuerda el lugar, es un vals de José Felipetti que evoca ese histórico salón.


- El Pabellón de los Lagos

Era un restaurant y bar que estaba ubicado a un lado del Rosedal de Palermo. Era una construcción de hierro y vidrios, armada con un remanente de lo que había sido la Exposición Industrial del Centenario. Tenía forma de herradura, eso permitía que las salas cubiertas abrazaran una terraza al aire libre donde se colocaban las mesas para gozar del sol. Ese espacio era lugar de reunión de familias conocidas y también era elegido como sede de importantes eventos y banquetes diplomáticos. La confitería funcionó hasta 1928, mientras que el Pabellón fue demolido en 1929 y en su lugar, se levantó el actual patio andaluz.


 
Pagar el gas con "MONEDITAS" en el BARRIO CAFFERATA

El barrio Cafferata se encuentra en Parque Chacabuco pero algunos llegan a apodarlo "el barrio de Casas Baratas", ya que era un proyecto de casas para obreros.

Este barrio comenzó a construirse en 1923, en un predio que había sido parte de un horno de ladrillos. Eran todas casas iguales que con el tiempo se fueron modificando: todas tenían rejas, y sus veredas eran muy angostas.

Por las inundaciones, y porque muchas casas no contaban con desagües, el agua acumulada convertía la zona en un lodazal. Es por ello que las construcciones se realizaron en terrenos elevados, con tres escalones de mármol en la entrada. Todavía algunas casas conservan compuertas destinadas a evitar que el jardín se inundara.

De las casas no se hicieron planos, solo un croquis que se iba reproduciendo. Son un total de 158 viviendas.

Estos hogares contaban con cocinas económicas marca "Istilart" y lugares para guardar leña. La Compañía Primitiva de Gas, decidió enviar medidores y calentadores con dos hornallas. Estos medidores se colocaban en la cocina, y para el uso del artefacto había que depositar en él monedas de 0,20ctvs para poder usar el gas.
Luego mensualmente pasaba el cobrador, quien retiraba el dinero acumulado, que tenía que coincidir con lo que indicaba el medidor.

Más tarde llegó el pavimento (que hasta ese entonces era de tierra y portland) y fue pagado por los vecinos en cuotas mensuales.

Para algún curioso que quiera visitarlo, el barrio se encuentra delimitado por las avenidas Jose María Moreno y Asamblea, y las calles Riglos y Estrada.
 
 
EL PRIMER HALLAZGO MACABRO... (en la Buenos Aires antigua)

Según Manuel Bilbao, el primer descuartizamiento en la ciudad ocurrió el 14 de noviembre de 1845...

Este macabro hallazgo se hizo en el arroyo ubicado en la calle Chile, conocido como Tercero del Sur. Los vecinos divisaron un bulto flotando en las aguas, en el cual se encontraba un cuerpo humano... pero al que le faltaban la cabeza y las cuatro extremidades. Estos faltantes luego fueron encontrados diseminados en las proximidades del lugar.

Frente a este gran misterio, la policía trabajó con empeño llegando a comprobar, luego de gran labor, que la víctima era Antonio Pose, un español que había estado al servicio de Rosas.

Los asesinos, que convivían con la víctima en un cuarto de conventillo de la calle Chile 344, eran un portugués y una gallega quienes lo mataron mientras dormía para luego robarle. Después habrían descuartizado el cuerpo envolviendolo en arpillera y arrojandolo al zanjón.

El asesino fue fusilado en la plaza San Martín, mientras que la gallega fue condenada al presidio de mujeres por tiempo indeterminado, pero luego de la batalla de Caseros... fue liberada.

Tengan en cuenta esta desconocida historia si visitan el zanjón de Granados!

En este lugar pueden encontrarse túneles construidos hacia 1780 por familias adineradas que pudieron entubar por cuenta propia el arroyo que pasaba debajo de sus casas, conocido con el nombre “El Tercero del Sur”. Este arroyo, además de provocar inundaciones cuando llovía, traía restos de los animales que se faenaban en las afueras de la Ciudad o como mencionabamos, algunos restos humanos...

Dirección del Zanjón: Defensa 755 - San Telmo

domingo, 9 de junio de 2013

PORTEÑOS BOMBARDEADOS... 
CON HARINA

En 1942 y con el auge de la segunda Guerra Mundial, se realizó en Buenos Aires el primer ejercicio nocturno de defensa antiaérea.

Los diarios y radios de época instruyeron a la población de manera detallada las precauciones a tomar, muchas de ellas destinadas a favorecer la máxima oscuridad en la ciudad. Aquella noche además, fue elegida por ser una noche sin luna.

La real finalidad de no tener luz, sería la utilización de reflectores iluminando el cielo buscando aviones "agresores".

La población debía cubrir sus luces hogareñas, o reemplazarlas por lámparas rojas; No se debían encender fósforos o encendedores para fumar; También se pintaron los faros de los automóviles de color negro y los paragolpes de blanco; En los edificios públicos, se señalaron las escaleras con pintura blanca para evitar accidentes.

Los aviones atacantes despegaron desde la base de Punta Indio y bombardearon durante toda la noche, casillas de madera construidas en el puerto para dicha finalidad. Se trató de un importante simulacro en donde actuaron todos los servicios de seguridad y auxilio.

Y se afirma además que en otros puntos estratégicos de la ciudad, el bombardeo se realizó con pequeñas bolsas de harina.

En la foto, una de las medidas a tomar por la población porteña... tapar los faros de los vehículos.

Fuente: Dr. Carlos Araujo - "El Buenos Aires que se fue"

 

LOS "CAPONE" PORTEÑOS

El diario Caras y Caretas publica en noviembre de 1904 una noticia policial, que hoy en día nos haría rememorar a Capone, Don Corleone o cualquier otro maleante involucrado en la venta de bebidas espirituosas por izquierda...

La nota a continuación, así lo indica:


"Los inspectores de alcoholes descubren una destilería clandestina de alcohol en Barracas al sur, precisamente en Belgrano 408. Allí había una instalación completa para revivir 3.000 litros de alcohol por día en pleno funcionamiento.
Adán Gattini había instalado la caldera regeneradora y Francisco D'Abauccio era el peón. Gattini había sido sumariado por quinta vez como falsificador".

La nota no indica cual fue el destino del producto, pero la foto nos muestra la gran organización de la banda para estos fines ilícitos.

Siguiendo con lo extrictamente espirituoso, en la Argentina el licor de ajenjo fue prohibido en 1907. El primer diputado socialista argentino, Alfredo Palacios, presentó un proyecto de ley para restringirlo, al entender que representaba una amenaza para las masas trabajadoras.
El alto consumo en tanguerías, cabarets y tugurios porteños había producido un fenómeno bastante extendido de personas con síntomas psicóticos.

Hoy en nuestro país hay quienes compran importado un licor llamado "absenta". Se trata de una bebida elaborada sobre la base de ajenjo (una de las hierbas más amargas que se conocen, con un gran poder antiséptico, que se utilizaba como conservante).
Para contrarrestar su áspero sabor se mezcla con hierbas como angélica, coriandro, anís y mucho azúcar. Su porcentaje de alcohol varía entre los 55° y los casi 90° para mantener sus propiedades. No obstante, a su compuesto se le atribuyó causar cuadros epilépticos y alucinaciones crónicas entre ajenjistas poco moderados.

Su consumo o tenencia no está penada por la ley aunque su elevado costo ($250 la botella) y su aspecto casi radiactivo, la convierten en una bebida casi de elite.


martes, 4 de junio de 2013

¿ UN EQUIPO DE MADERA ?

En 1925, un muchachito de 16 años, Felix Zugazti, reúne a una docena de chicos de 10 a 12 años en el fondo de su casa, a quienes le manifiesta haber leído en la revista española "PINOCHO", una idea de fundar en cada ciudad de habla hispana un club con el nombre homónimo.
Por ser chicos fascinados con el cuento del muñeco de madera, estuvieron de acuerdo.

El primer equipo de fútbol estaría integrado por ellos mismos. Mientras tanto, Zugazti compraría las pelotas de fútbol, las camisetas, el sello social y solventaría él solo los gastos del club.

Los integrantes del Club no tenían que abonar absolutamente nada... pero para ser admitidos como socios debían satisfacer una cláusula realmente fuerte: "saber contar el cuento de Pinocho".
Finalmente se resolvió declarar como insignia oficial del club, el dibujo de Pinocho pateando una pelota.

Para comprar su sede actual en el barrio de Villa Urquiza, en 1938 se sacó una hipoteca a diez años que se fue pagando con los bailes de carnaval y tango.

Actualmente el club Pinocho cuenta con una pileta de natación enorme, un gran alojamiento deportivo con camas especiales para los altísimos jugadores de básquet, que es comúnmente utilizado por delegaciones deportivas extranjeras y un altísimo nivel competitivo.

Las actividades que ofrece el club (fútbol, básquet, patín artístico, natación, vóley femenino, gimnasia deportiva y karate) se practican pensando siempre en la excelencia, pero también se inculca a los más de 1.700 socios la alegría y la amistad.

Lo más importante: son campeones indiscutidos y cuentan con un gran equipo de fútbol sala, muy reconocidos en la primera división del torneo de AFA.
 
GIGANTES Y OLVIDADOS

En 1932, una epidemia de tuberculosis afectó el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Para anticiparse a un nuevo brote de la enfermedad, en 1935 la municipalidad donó el terreno ubicado en la avenida Piedrabuena al 3200.

Allí, con fondos del Estado nacional y otros donados por sociedades de beneficencia, se construiría el Hospital de la Liga Argentina contra la Tuberculosis. Un proyecto impulsado por el legislador socialista Alfredo Palacios, que destinó tres millones de pesos para su ejecución y otro millón anual para su mantenimiento. La construcción avanzó y en 1939 se llegó hasta el piso 14.

Detenida su construcción por falta de presupuesto en 1948, el gobierno justicialista decidió retomar su edificación para convertirlo en el hospital modelo más grande de América latina.
Pero el golpe de Estado de septiembre de 1955 interrumpió las obras impulsadas por el peronismo. Eran dos obras de similar envergadura, ésta y su gemelo, el Hospital Pediátrico (conocido como Albergue Warnes, ocupado durante años y demolido en 1991).

Durante muchísimos años el edificio estuvo abandonado y a su alrededor se conformó un precario asentamiento.
En 1978, y durante la dictadura se llegó a tapiar la villa entera para que el mundo no viese que en la Argentina había indigentes. Por eso es que la villa 15 también es conocida como "Ciudad Oculta".

En 2007, el emblemático y abandonado edificio conocido como "el elefante blanco" fue donado a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, que puso en marcha un jardín maternal, aulas para capacitación, un gimnasio, dos comedores con cocinas, un vestuario, dos puestos de seguridad y un taller de costura.

lunes, 3 de junio de 2013


CUANDO EL CLUB "HURACAN" NO TENIA NI PARA UNA "H"

Existen varias controversias en torno del nombre del club Huracán.

La historia más difundida cuenta que los miembros fundadores fueron hasta una librería ubicada en Av. Sáenz y Esquiú, con la intención de comprar un sello de goma con el nombre del club.
Ellos pensaban en nombres tales como "Defensores de Nueva Pompeya", "Nueva Esperanza", "Verde Esperanza" e incluso un extraño nombre: "Verde Esperanza y No Pierde".

Cuando llegaron al comercio, el librero les hizo cambiar de opinión, ya que un sello de tales características con ese dinero ($2.50) no alcanzaba. Mientras tanto, en el local colgaba un afiche de un producto de venta masiva llamado "Huracán". Fue así como el librero de apellido Richino, les aconsejó ponerles un nombre similar.

Una semana más tarde, muy contentos regresaron a retirar el sello, y como no resistieron las ganas de utilizarlo, decidieron estamparlo en la pared de una casa recubierta de mármol blanco. La sorpresa se la llevaron cuando leyeron "Club Uracán" o sea, sin la letra "H".

La falta de la letra H, podría deberse a que el librero era de origen italiano, o simplemente porque tuvo un olvido.

Los muchachos aceptaron el sello pero tiempo después cuando les donaron los arcos con la inscripción "Huracán" se sintieron engañados y fueron a encarar al librero.

El comerciante argumentó que había pasado mucho tiempo y que prefería regalarles un sello nuevo que devolverles el dinero, porque en definitiva con H o sin H, "Huracán siempre quería decir lo mismo".

Así que regresaron a sus casas, con un sello fallado, quizás pensando en dejar otra marca, esta vez en la historia del fútbol Argentino.

lunes, 17 de junio de 2013

UN ATENTADO... DUDOSO

En 1928 Hipólito Irigoyen asumió su segundo mandato presidencial.

Su primer gobierno había sido una cura reparadora de los males sociales que impedían a la Argentina convertirse en una democracia bien consolidada, pero esta segunda parte lo encontraba mas viejo. Tenía 77 años y carecía de energía y vivacidad para la toma de decisiones lo que comenzó a ocasionar su desprestigio y gran malestar social.

El 24 de diciembre de 1929 Irigoyen salió temprano de su casa ubicada en el barrio de Constitución. Al pasar frente al Hotel Tigre, de la calle Brasil 924, un individuo salió de un zaguán con revólver en mano y disparó cinco tiros contra el automóvil presidencial. El chofer zigzagueó, mientras los custodios comenzaban a repeler el ataque. En el tumulto, Irigoyen sale ileso y el agresor es muerto a balazos y golpes por la custodia.


Habrá dos versiones de este hecho, que nunca llegó a aclararse definitivamente. Según la primera versión, el auto de Yrigoyen fue atacado a balazos a cien metros de su domicilio por un italiano desequilibrado llamado Gualterio Marinelli, italiano de 44 años, residente en el país desde 1905, de profesión mecánico dental, con antecedentes anarquistas.


La segunda versión, señala que Marinelli—que hacía ya muchos años se había alejado del anarquismo— quiso entregar una carta al presidente de la Nación para solicitarle la reincorporación de un médico en un hospital barrial y que la custodia policial lo confundió con un agresor y lo mató a tiros.


La reacción de Yrigoyen podría hacer creer la segunda versión ya que el mandatario fue al hospital a ver el cadáver de Marinelli y luego resolvió que la Lotería Nacional le entregara a la viuda cien pesos mensuales. Parte de la leyenda cuenta que Irigoyen con gran dolor habría manifestado "Y yo que nunca hice mal a nadie!"


Lo cierto es que la vida útil del primer presidente radical se disfumaría tiempo después, con el golpe que daría fin a su mandato en 1930.


domingo, 16 de junio de 2013

DE CUANDO LAS TINTORERIAS NO ERAN JAPONESAS

Viajando en colectivo por Buenos Aires surgen varios disparadores para poder investigar sobre nuestra ciudad. Y uno de los últimos interrogantes fueron las tintorerías.
Todos tenemos la idea de la típica tintorería atendida por una familia japonesa... pero la pre-historia de estos negocios no dice lo mismo.

En la foto, podemos observar la primera tintorería de Buenos Aires. La misma estaba ubicada en Av. del Libertador al 200 (foto de 1870).

Las Tintorerías Prat, habían sido fundadas por Adrián Prat, un industrial destacado a comienzos de siglo XX. Había comenzado en 1863 con un capital de 10 pesos, sin embargo, su descubrimiento, una pócima limpiadora, lo hizo conocido en esos tiempos.

La "Loción Prat", que él mismo comenzó a vender en las calles luego de llenar frascos personalmente, era una mezcla de hiél de buey y agua de río que dejaba mal olor una vez evaporada.

En 1882 este vendedor de "hiél y agua" recibió una de las medallas de oro en la primera Exposición Continental llevada a cabo en la Plaza Once.

También Prat fue uno de los primeros en fabricar paños de tela. Así es como en su negocio se lavaba y limpiaba la lana, se cardaba e hilaba para darle luego un terminado. Para ello trajo operarios expertos y nueva maquinaria de Europa. Su fábrica fue uno de los primeros ejemplos del "fabrique nacional".
En una visita de mandatarios gubernamentales, mientras visitaban la empresa, grande fue el asombro, al ver que en dichas instalaciones se confeccionaban las telas para vestir a los ejércitos Argentinos.

En el álbum de la Unión Industrial Argentina de 1923 se menciona que la Tintorería Adrián Prat contaba con 25 sucursales en la Capital Federal y el interior. 
 
 
¿QUE HACER CON LAS "CHUSMAS DE BARRIO" ?

Si hubo un tipo que reflejó la realidad del porteño a principios del siglo XX, ese fue Roberto Arlt. Con un humor ácido, siempre intentó mostrar pinceladas tragicómicas de su realidad social.

Aqui traemos parte de una nota suya, en donde se mete en un tema "ponzoñoso" como las "chusmas de barrio" y que medidas gubernamentales habría que tomar para combatirlas:

"En todos los barrios, así como se han instalado surtidores de querosene y nafta, deberían ubicarse jaulas de madera con sólidos barrotes y varios loros parleros en su parte superior.
En esas jaulas se encerrarían por algunas horas a las comadres convictas y confesas de chismosas, a las vecinas peleadoras, a las que se dedican a escribir anónimos, a los maridos ausentes y a las que se comen las gallinas del prójimo"


Roberto Arlt - "Fantasticos proyectos para Modernizar a Buenos Aires" (fragmento) - Revista Don Goyo - 1926

viernes, 14 de junio de 2013

OLIENDO A NÁPOLES EN BUENOS AIRES
 
El 13 de junio de 1934, se inauguró el Mercado de Concentración Mayorista de Pescado en Barracas, un barrio que combinaba industrias y quintas. La idea de aquel Estado era la de controlar los precios de los productos que provenían principalmente del Puerto de Mar del Plata.
Ahí llegaba, a través del Riachuelo, toda la producción de pescados y mariscos que consumía la Ciudad de Buenos Aires.

El mercado contaba con instalaciones frigoríficas y una máquina elaboradora de hielo en escamas, que por esa época era única en Sudamérica.
La estructura tenía una calle central, a la cual podía accederse con vehículos donde funcionaban los diferentes puestos. Eran 8 naves cubiertas con techos a dos aguas. El estilo era principalmente Art-Decó, utilizando faroles y herrería.

Las actividades siguieron hasta 1983, cuando una Ordenanza trasladó todas las funciones al Mercado Central.
Desde entonces, y hasta 2001, ese lugar enorme quedó abandonado y con varios problemas estructurales.

Actualmente se encuentra totalmente restaurado y en él funciona el Centro Metropolitano de Diseño destinado a la creación y desarrollo de Pymes creativas.

Dirección: Algarrobo 1041

 

jueves, 13 de junio de 2013

COMO CONQUISTAR EL MUNDO... DESDE EL CAFE

El 4 de junio de 1801, el diario “El Telégrafo Mercantil” dió cuenta de un nuevo local que se abriría en la intersección de las calles De la Santísima Trinidad y San Carlos (actualmente Bolívar y Alsina): “Mañana jueves se abre con superior permiso una casa café en la esquina frente del colegio, con mesa de villar, confitería, y botillería. Tiene hermoso salón para tertulia, y sótano para mantener fresca el agua en la estación de verano”.


Al local se lo denominó “Café de Marco”, aunque algunos lo llamaban “Mallcos”. También se lo conoció como “el Café del Colegio”, porque estaba frente al Colegio de San Carlos.

 

Tenía dos billares, lo que le daba categoría y atraía a los jóvenes, pero era el lugar donde se reunían los hombres.

El local no tenía más adorno que dos espejos de regular tamaño. Los mozos servían de calzón corto, chaquetas y alpargatas. Se bebía, además de café y chocolate, vinos españoles, anís, agua con azucarillos, denominados “panales”, “agrio”, (o sea jugo de limón o de naranja, con agua y azúcar), y “sangría” (vino tinto, agua y limón).
El café también ofrecía a sus clientes el alquiler de un pequeño carruaje para los días de mal tiempo, en que se les hacía difícil volver a sus casas.

Habitualmente en horas de la noche no había parroquianos, sobre todo en invierno, excepto los grupitos de jugadores y noctámbulos. Los hombres de la colonia, que se casaban muy jóvenes, generalmente antes de los veinticuatro años, no iban a los cafés. Se quedaban en sus casas, o iban a algunas tertulias familiares. No era bien visto que el casado acudiese de noche a un café; y sólo en circunstancias extraordinarias se excusaba el hacerlo.


Toda discusión política, amistades y conquistas amorosas se planeaban en lo de Marco. También se redactaban algunos de los pasquines que a la noche eran arrojados por debajo de las puertas de calle incitando alguna que otra revolución.


El Café de Marco fue un apostadero de patriotas durante las invasiones inglesas y lugar de reunión de reunión de Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Vicente López y Planes, Bernardo de Monteagudo en vísperas de la Revolución de Mayo de 1810.

Luego de la fiebre amarilla, la concurrencia bajó notablemente y tuvo que ser cerrado en el año 1871.


QUE CHIFLETE!

Estufas a kerosene, hornallas, estufas eléctricas, tiros balanceados, A/C frío calor, losa radiante, paneles... distintos son los implementos que utilizamos actualmente los porteños para cuando hace frío.
Pero, ¿que se utilizaba allá por el 1800 para mantenerse algo calentito en el piso de tierra?
Una respuesta a ello nos la brinda el inglés Beaumont en su paso por nuestra ciudad allá por 1826-1827:

"...Pocas casas están provistas de hogares y chimeneas en Buenos Aires; por cierto, ninguna sino aquellas que han sido construidas en los últimos tiempos por los ingleses, y unas pocas incorporadas por los nativos a imitación de ellos...

"...La falta de chimeneas y ventilación en sus cuartos, los hace terriblemente húmedas y frías. Esto es corregido, insuficientemente por el uso del brasero, que consiste en un elemento de bronce de unas doce pulgadas (aproximadamente 30 cm.) de diámetro, ubicada en un marco de madera, unas seis pulgadas (aproximadamente 15 cm.) elevado del suelo.
Este cuenco es llenado con brasas de madera del fuego de la cocina, transmite un calor mediano al residente que está encimado sobre él, pero no es un calor genial; el gas anhídrido carbónico y otras emanaciones, que se desprenden producen desvanecimientos, vértigos y a veces apoplejía; y produce inflamaciones de los pulmones y tuberculosis frecuentemente fatales..." *

Tomando en cuenta esta cita, tener en cuenta siempre el viejo consejo: "nunca dejes tu casa cerrada con algún artefacto encendido para calentar el ambiente y siempre tené alguna mínima ventilación en el ambiente a fin de evitar el CO2"

*Fuente: J. Beaumont, Viajes por Buenos Aires, Entre Ríos y la Banda Oriental (1826-1827), Buenos Aires, Solar-Hachette, 1957

 TRAFICÓ... PERO TUVO PREMIO

En el año 2000, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires puso punto final al dilema de la calle Antonio Machado del barrio porteño de Caballito. 

Actualmente, esta calle recuerda al célebre poeta español autor de “Cantares”, pero originariamente, esta arteria cercana al Parque del Centenario recordaba a un capitán portugués llamado Antonio Machado Carvalho, eufemísticamente llamado “comerciante”, pero cuya verdadera ocupación era el tráfico de esclavos.

Este personaje, arribó a la ciudad en la fragata portuguesa "Rosa del Río", dedicada al tráfico de seres humanos. Cuenta la historia que en épocas de epidemia de viruela, Machado Carvalho trajo a dos esclavos portando la vacuna en su sangre, estableciendo así una cadena viviente por el pasaje de brazo en brazo para que el virus sobreviviera y pudiera transportarse durante el largo viaje.
La real finalidad del comerciante era cuidar la salud de los 30 esclavos que pensaba vender y así obtener mejor precio… no la de traer una cura a la epidemia.

De esta manera Machado Carvalho se adelantó a la expedición del médico Francisco Balmis enviado por el rey Carlos IV para realizar primera campaña de vacunación en el mundo.
Por ese gran aporte a la población, el “traficante” recibió una medalla por parte de la Municipalidad de Buenos Aires.

Metejon de Barrio como siempre, una suricata curiosa!

En la foto, (y para graficar como le habrían quedado los brazos a esos esclavos), "fases de los granos de la vacuna de la viruela", por el dr. Francisco Balmis - 1803.

miércoles, 12 de junio de 2013

EL COLOR DEL TRABAJO

¿Qué decir de algo tan banal y comercial como una marca?

¿Como hablar de sentimientos hacia algo que es inerte?
El sentimiento logramos expresarlo en algo que nos queda en la retina o en el paladar, algo que recordamos de nuestra niñez, o simplemente algo que añoramos volver a vivir.
¿Quién no tuvo una prenda desteñida por el paso de los años, o una abuela o tía vieja que le dijera "ponele anilina y revolvé"?

Anilinas Colibrí fue fundada en noviembre de 1911 en la esquina de Callao y Cangallo, por un ingeniero alemán: Germán Ortkras. En su origen no era una empresa comercializadora sino envasadora, representante de algunas marcas alemanas, entre ellas Bayer.


En el año 1942, se traslada la planta de la calle Cangallo, a la actual planta de la avenida Alvarez Thomas en el barrio porteño de Villa Ortúzar, logrando expandir la línea productos. En breve se comenzó con la producción de artículos tales como las pomadas para calzados, tintas para cuero, renovadores de gamuza, decolorantes, cera para pisos, tintas para tela y otros.


Ortkras era soltero, y al no tener descendencia, la dirección de la misma pasó a manos de dos personas que ya trabajaban con él: Wolfgang Stork y Juan Miguel Andriano y sus respectivas familias.

Una empresa familiar, no sólo por ser parientes, sino por la manera y el trato que se tenía con todo el que se desempeñaba tanto en la fábrica como en las oficinas, con un gran sentimiento de orgullo y pertenencia.

El recuerdo de algunos cuenta los festejos de la primavera en que se llenaban las calles de guirnaldas, y los días de Reyes, organizadas ambas fiestas por los Amigos de la calle Alvarez Thomas.

Para los festejos de Reyes se contrataban camellos que luego se guardaban en los depósitos de Anilinas Colibrí. Eran acontecimientos sociales donde participaba tanto la gente como los comerciantes de la zona.

En una época en que en las empresas la movilidad social es permanente, llama la atención que el personal de Anilinas Colibrí se mantiene por años, e incluso a través del tiempo se fueron incorporando hijos y nietos de estos empleados y obreros.



Este es un humilde homenaje de
Metejon de Barrio a aquellas marcas con historia, que son un ejemplo de esfuerzo, trabajo y unidad.





PATRIMONIO ESCONDIDO EN BUENOS AIRES: COLONIA SOLA

Colonia Sola es un conjunto de departamentos construidos en 1889 por los ingleses cuando eran los dueños de los ferrocarriles. Se encuentra sobre la calle Australia al 2700 en el barrio de Barracas, y está dividido en cuatro edificios de estilo inglés, con detalles poco comunes: aldabas en las puertas, cúpulas de vidrio sin vidrios, mármoles importados y tejuelas normandas en los techos que actualmente sólo se consiguen en Sudáfrica.

El proyecto y la ejecución de Colonia Sola comenzó en 1890 con la dirección de Jorge Drabble, director del Ferrocarril del Sur, empresa británica dueña de las redes ferroviarias.

La historia comienza cuando la empresa ferroviaria adquiere un extenso terreno cercano a la Plaza Constitución, e instala allí una estación de cargas con talleres adicionales.

El nombre de esta playa de cargas, “Sola”, debe su origen a la hoy conocida calle Salta, camino que unía la Estación Constitución con la playa de cargas, llamada así por ser poco frecuentada.

Los empleados que trabajaban en las playas de cargas Sola o aquellos que llegaban de las provincias por alguna diligencia, tenían un lugar donde albergarse. Y es así como surge la Colonia Sola.

Los empleados ferroviarios legaban a Constitución y el jefe les daba una llave de hierro grande, para abrir estos departamentos que entonces eran dormitorios. Las habitaciones no tenían baños ni duchas, y los inodoros se encontraban sobre el pasillo. Ya en 1923 se incorporó a cada departamento una ducha y un WC, logrando para cada familia su propio baño.

A mediados del siglo pasado, la playa de cargas dejó de funcionar y las viviendas fueron cedidas a sus ocupantes. Actualmente el lugar es habitado por hijos de empleados ferroviarios quienes conforman una mutual.

Colonia Sola es parte de la belleza patrimonial de Buenos Aires y hay que protegerla. 
 
 
 

martes, 11 de junio de 2013

Personajes Queribles: Hoy "MAMA ANTULA"

Sor Antonia de San José llegó desde Santiago del Estero a Buenos Aires en 1779.
Pero lo más extraño fue que llegó a esta ciudad descalza, con una cruz de madera en las manos, exhortando por las calles a la penitencia e invitando al retiro de ejercicios espirituales a quien pasara delante de ella.
Algunos la tomaron de "loca" o "bruja". Tal es así, que hasta fue apedreada por unos niños al llegar.

Ella se refugió en la Iglesia del Pilar y aquí le surgieron más inconvenientes. El virrey Vertiz, se opuso a que Antonia abriese una casa para ejercicios espirituales y el Obispo porteño queriendo probar su espíritu, intentó frenar su idea durante nueve meses poniendole pruebas. Resistió a todos los palos en la rueda, y tiempo después, logró su cometido.

En 1780 "Mamá Antula" como se la conocía familiarmente, comenzó a dar ejercicios espirituales a 20 personas. En poco tiempo, llegó a calcularse que asistían a sus pies unas 15.000 almas.

La casa de ejercicios, fundada en 1793, se levanta actualmente en Av. Independencia 1190-94 y guarda los restos de esta mujer casi desconocida por el común de los porteños, que se enfrentó a todo por un "loco" ideal.
LA FIACA

En estos días medianamente fríos y grises, quienes hacemos Metejón tenemos fiaca de salir a la calle, de viajar, de ir al supermercado, de visitar familiares...
En 1933 Roberto Arlt, uno de los mejores escritores argentinos, reflejó en el diario El Mundo, un análisis muy acertado para aquella época de este término. Aquí les dejamos un fragmento, y quienes puedan, disfruten de no hacer nada...

“…No hay porteño, desde la Boca a Núñez, y desde Núñez a Corrales, que no haya dicho alguna vez: -Hoy estoy con "flaca".
O que se haya sentado en el escritorio de su oficina y mirando al jefe, no dijera:
-¡Tengo una "fiaca"!
De ello deducirán seguramente mis asiduos y entusiastas lectores que la "fiaca"
expresa la intención de "tirarse a muerto", pero ello es un grave error.
Confundir la "fiaca" con el acto de tirarse a muerto es lo mismo que confundir un asno con una cebra o un burro con un caballo. Exactamente lo mismo.…”

“…La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto: "Desgano físico originado por la falta de alimentación momentánea". Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso durante ciento y pico de años.
Comunicábame un distinguido erudito en estas materias, que los genoveses de la Boca cuando observaban que un párvulo bostezaba, decían: "Tiene la 'fiaca' encima, tiene". Y de inmediato le recomendaban que comiera, que se alimentara.

En la actualidad el gremio de almaceneros está compuesto en su mayoría por comerciantes ibéricos, pero hace quince y veinte años, la profesión de almacenero en Corrales, la Boca, Barracas, era desempeñada por italianos y casi todos ellos oriundos de Génova. En los mercados se observaba el mismo fenómeno. Todos los puesteros, carniceros, verduleros y otros mercaderes provenían de la "bella Italia" y sus dependientes eran muchachos argentinos, pero hijos de italianos. Y el término trascendió. Cruzó la tierra nativa, es decir, la Boca, y fue desparramándose con los repartos por todos los barrios. Lo mismo sucedió con la palabra "manyar" que es la derivación de la perfectamente italiana "mangiar la lollia", o sea "darse cuenta"….”

“…Ustedes recordarán haber visto, y sobre todo cuando eran muchachos, a esos robustos ganapanes de quince años, dos metros de altura, cara colorada como una manzana reineta, pantalones que dejaban descubierta una media tricolor, y medio zonzos y brutos..."
"...Bueno, esos grandotes que no hacían nada, que siempre cruzaban la calle mordiendo un pan y con un gesto huido, estos "largos" que se pasaban la mañana sentados en una esquina. o en el umbral del despacho de bebidas de un almacén, fueron los primitivos "fiacunes". A ellos se aplicó con singular acierto el término.

Pero la fuerza de la costumbre lo hizo correr, y en pocos años el "fiacún" dejó de ser el muchacho grandote que termina por trabajar de carrero, para entrar como calificativo de la situación de todo individuo que se siente con pereza.
Y, hoy, el "fiacún" es el hombre que momentáneamente no tiene ganas de trabajar. En toda oficina pública o privada, donde hay gente respetuosa de nuestro idioma, y un empleado ve que su compañero bosteza,inmediatamente le pregunta:
-¿Estás con "fiaca"?
Aclaración. No debe confundirse este término con el de "tirarse a muerto", pues
tirarse a muerto supone premeditación de no hacer algo, mientras que la "fiaca" excluye toda premeditación, elemento constituyente de la alevosía según los juristas. De modo que el"fiacún" al negarse a trabajar no obra con premeditación, sino instintivamente, lo cual lo hace digno de todo respeto…”

Roberto Arlt - Aguafuertes Porteñas (1933)

lunes, 10 de junio de 2013

PABELLONES QUE YA NO EXISTEN

- El Pabellón de las Rosas

Este salón se encontraba en el 2855 de la avenida Alvear (hoy Av. Del Libertador), esquina Tagle y comenzó a funcionar a comienzos del siglo XX.

Era un gran edificio señorial, simétrico, con ventanales al frente, que en cierta medida recordaba a los pabellones de las exposiciones mundiales europeas. Se ingresaba a él trasponiendo una rotonda entre hermosos jardines que seguían el criterio paisajista de la época. Además un restaurante y el salón de baile, tenía pista de patinaje; ocasionalmente también se dieron funciones de teatro. En torno al Centenario llegó a tener una banda de música propia dirigida por Gaetano D’Alo.
 
En el Pabellón se ofrecieron los más recordados “bailes del internado” que dieron los estudiantes de medicina una vez al año, y para los que actuaron grandes típicas —Canaro, Berto, Castriota, Brignolo, Firpo— incluyendo una orquesta gigante de Fresedo, en 1919, de treinta profesores y con dos pianos: Cobián y Delfino.

La última actividad bailable del Pabellón de las Rosas fue durante 1929, en Carnaval. Al llegar Cuaresma fue cerrado, y para Pascua se lo demolió.

Hoy, lo único que recuerda el lugar, es un vals de José Felipetti que evoca ese histórico salón.


- El Pabellón de los Lagos

Era un restaurant y bar que estaba ubicado a un lado del Rosedal de Palermo. Era una construcción de hierro y vidrios, armada con un remanente de lo que había sido la Exposición Industrial del Centenario. Tenía forma de herradura, eso permitía que las salas cubiertas abrazaran una terraza al aire libre donde se colocaban las mesas para gozar del sol. Ese espacio era lugar de reunión de familias conocidas y también era elegido como sede de importantes eventos y banquetes diplomáticos. La confitería funcionó hasta 1928, mientras que el Pabellón fue demolido en 1929 y en su lugar, se levantó el actual patio andaluz.


 
Pagar el gas con "MONEDITAS" en el BARRIO CAFFERATA

El barrio Cafferata se encuentra en Parque Chacabuco pero algunos llegan a apodarlo "el barrio de Casas Baratas", ya que era un proyecto de casas para obreros.

Este barrio comenzó a construirse en 1923, en un predio que había sido parte de un horno de ladrillos. Eran todas casas iguales que con el tiempo se fueron modificando: todas tenían rejas, y sus veredas eran muy angostas.

Por las inundaciones, y porque muchas casas no contaban con desagües, el agua acumulada convertía la zona en un lodazal. Es por ello que las construcciones se realizaron en terrenos elevados, con tres escalones de mármol en la entrada. Todavía algunas casas conservan compuertas destinadas a evitar que el jardín se inundara.

De las casas no se hicieron planos, solo un croquis que se iba reproduciendo. Son un total de 158 viviendas.

Estos hogares contaban con cocinas económicas marca "Istilart" y lugares para guardar leña. La Compañía Primitiva de Gas, decidió enviar medidores y calentadores con dos hornallas. Estos medidores se colocaban en la cocina, y para el uso del artefacto había que depositar en él monedas de 0,20ctvs para poder usar el gas.
Luego mensualmente pasaba el cobrador, quien retiraba el dinero acumulado, que tenía que coincidir con lo que indicaba el medidor.

Más tarde llegó el pavimento (que hasta ese entonces era de tierra y portland) y fue pagado por los vecinos en cuotas mensuales.

Para algún curioso que quiera visitarlo, el barrio se encuentra delimitado por las avenidas Jose María Moreno y Asamblea, y las calles Riglos y Estrada.
 
 
EL PRIMER HALLAZGO MACABRO... (en la Buenos Aires antigua)

Según Manuel Bilbao, el primer descuartizamiento en la ciudad ocurrió el 14 de noviembre de 1845...

Este macabro hallazgo se hizo en el arroyo ubicado en la calle Chile, conocido como Tercero del Sur. Los vecinos divisaron un bulto flotando en las aguas, en el cual se encontraba un cuerpo humano... pero al que le faltaban la cabeza y las cuatro extremidades. Estos faltantes luego fueron encontrados diseminados en las proximidades del lugar.

Frente a este gran misterio, la policía trabajó con empeño llegando a comprobar, luego de gran labor, que la víctima era Antonio Pose, un español que había estado al servicio de Rosas.

Los asesinos, que convivían con la víctima en un cuarto de conventillo de la calle Chile 344, eran un portugués y una gallega quienes lo mataron mientras dormía para luego robarle. Después habrían descuartizado el cuerpo envolviendolo en arpillera y arrojandolo al zanjón.

El asesino fue fusilado en la plaza San Martín, mientras que la gallega fue condenada al presidio de mujeres por tiempo indeterminado, pero luego de la batalla de Caseros... fue liberada.

Tengan en cuenta esta desconocida historia si visitan el zanjón de Granados!

En este lugar pueden encontrarse túneles construidos hacia 1780 por familias adineradas que pudieron entubar por cuenta propia el arroyo que pasaba debajo de sus casas, conocido con el nombre “El Tercero del Sur”. Este arroyo, además de provocar inundaciones cuando llovía, traía restos de los animales que se faenaban en las afueras de la Ciudad o como mencionabamos, algunos restos humanos...

Dirección del Zanjón: Defensa 755 - San Telmo

domingo, 9 de junio de 2013

PORTEÑOS BOMBARDEADOS... 
CON HARINA

En 1942 y con el auge de la segunda Guerra Mundial, se realizó en Buenos Aires el primer ejercicio nocturno de defensa antiaérea.

Los diarios y radios de época instruyeron a la población de manera detallada las precauciones a tomar, muchas de ellas destinadas a favorecer la máxima oscuridad en la ciudad. Aquella noche además, fue elegida por ser una noche sin luna.

La real finalidad de no tener luz, sería la utilización de reflectores iluminando el cielo buscando aviones "agresores".

La población debía cubrir sus luces hogareñas, o reemplazarlas por lámparas rojas; No se debían encender fósforos o encendedores para fumar; También se pintaron los faros de los automóviles de color negro y los paragolpes de blanco; En los edificios públicos, se señalaron las escaleras con pintura blanca para evitar accidentes.

Los aviones atacantes despegaron desde la base de Punta Indio y bombardearon durante toda la noche, casillas de madera construidas en el puerto para dicha finalidad. Se trató de un importante simulacro en donde actuaron todos los servicios de seguridad y auxilio.

Y se afirma además que en otros puntos estratégicos de la ciudad, el bombardeo se realizó con pequeñas bolsas de harina.

En la foto, una de las medidas a tomar por la población porteña... tapar los faros de los vehículos.

Fuente: Dr. Carlos Araujo - "El Buenos Aires que se fue"

 

LOS "CAPONE" PORTEÑOS

El diario Caras y Caretas publica en noviembre de 1904 una noticia policial, que hoy en día nos haría rememorar a Capone, Don Corleone o cualquier otro maleante involucrado en la venta de bebidas espirituosas por izquierda...

La nota a continuación, así lo indica:


"Los inspectores de alcoholes descubren una destilería clandestina de alcohol en Barracas al sur, precisamente en Belgrano 408. Allí había una instalación completa para revivir 3.000 litros de alcohol por día en pleno funcionamiento.
Adán Gattini había instalado la caldera regeneradora y Francisco D'Abauccio era el peón. Gattini había sido sumariado por quinta vez como falsificador".

La nota no indica cual fue el destino del producto, pero la foto nos muestra la gran organización de la banda para estos fines ilícitos.

Siguiendo con lo extrictamente espirituoso, en la Argentina el licor de ajenjo fue prohibido en 1907. El primer diputado socialista argentino, Alfredo Palacios, presentó un proyecto de ley para restringirlo, al entender que representaba una amenaza para las masas trabajadoras.
El alto consumo en tanguerías, cabarets y tugurios porteños había producido un fenómeno bastante extendido de personas con síntomas psicóticos.

Hoy en nuestro país hay quienes compran importado un licor llamado "absenta". Se trata de una bebida elaborada sobre la base de ajenjo (una de las hierbas más amargas que se conocen, con un gran poder antiséptico, que se utilizaba como conservante).
Para contrarrestar su áspero sabor se mezcla con hierbas como angélica, coriandro, anís y mucho azúcar. Su porcentaje de alcohol varía entre los 55° y los casi 90° para mantener sus propiedades. No obstante, a su compuesto se le atribuyó causar cuadros epilépticos y alucinaciones crónicas entre ajenjistas poco moderados.

Su consumo o tenencia no está penada por la ley aunque su elevado costo ($250 la botella) y su aspecto casi radiactivo, la convierten en una bebida casi de elite.


martes, 4 de junio de 2013

¿ UN EQUIPO DE MADERA ?

En 1925, un muchachito de 16 años, Felix Zugazti, reúne a una docena de chicos de 10 a 12 años en el fondo de su casa, a quienes le manifiesta haber leído en la revista española "PINOCHO", una idea de fundar en cada ciudad de habla hispana un club con el nombre homónimo.
Por ser chicos fascinados con el cuento del muñeco de madera, estuvieron de acuerdo.

El primer equipo de fútbol estaría integrado por ellos mismos. Mientras tanto, Zugazti compraría las pelotas de fútbol, las camisetas, el sello social y solventaría él solo los gastos del club.

Los integrantes del Club no tenían que abonar absolutamente nada... pero para ser admitidos como socios debían satisfacer una cláusula realmente fuerte: "saber contar el cuento de Pinocho".
Finalmente se resolvió declarar como insignia oficial del club, el dibujo de Pinocho pateando una pelota.

Para comprar su sede actual en el barrio de Villa Urquiza, en 1938 se sacó una hipoteca a diez años que se fue pagando con los bailes de carnaval y tango.

Actualmente el club Pinocho cuenta con una pileta de natación enorme, un gran alojamiento deportivo con camas especiales para los altísimos jugadores de básquet, que es comúnmente utilizado por delegaciones deportivas extranjeras y un altísimo nivel competitivo.

Las actividades que ofrece el club (fútbol, básquet, patín artístico, natación, vóley femenino, gimnasia deportiva y karate) se practican pensando siempre en la excelencia, pero también se inculca a los más de 1.700 socios la alegría y la amistad.

Lo más importante: son campeones indiscutidos y cuentan con un gran equipo de fútbol sala, muy reconocidos en la primera división del torneo de AFA.
 
GIGANTES Y OLVIDADOS

En 1932, una epidemia de tuberculosis afectó el sur de la Ciudad de Buenos Aires. Para anticiparse a un nuevo brote de la enfermedad, en 1935 la municipalidad donó el terreno ubicado en la avenida Piedrabuena al 3200.

Allí, con fondos del Estado nacional y otros donados por sociedades de beneficencia, se construiría el Hospital de la Liga Argentina contra la Tuberculosis. Un proyecto impulsado por el legislador socialista Alfredo Palacios, que destinó tres millones de pesos para su ejecución y otro millón anual para su mantenimiento. La construcción avanzó y en 1939 se llegó hasta el piso 14.

Detenida su construcción por falta de presupuesto en 1948, el gobierno justicialista decidió retomar su edificación para convertirlo en el hospital modelo más grande de América latina.
Pero el golpe de Estado de septiembre de 1955 interrumpió las obras impulsadas por el peronismo. Eran dos obras de similar envergadura, ésta y su gemelo, el Hospital Pediátrico (conocido como Albergue Warnes, ocupado durante años y demolido en 1991).

Durante muchísimos años el edificio estuvo abandonado y a su alrededor se conformó un precario asentamiento.
En 1978, y durante la dictadura se llegó a tapiar la villa entera para que el mundo no viese que en la Argentina había indigentes. Por eso es que la villa 15 también es conocida como "Ciudad Oculta".

En 2007, el emblemático y abandonado edificio conocido como "el elefante blanco" fue donado a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, que puso en marcha un jardín maternal, aulas para capacitación, un gimnasio, dos comedores con cocinas, un vestuario, dos puestos de seguridad y un taller de costura.

lunes, 3 de junio de 2013


CUANDO EL CLUB "HURACAN" NO TENIA NI PARA UNA "H"

Existen varias controversias en torno del nombre del club Huracán.

La historia más difundida cuenta que los miembros fundadores fueron hasta una librería ubicada en Av. Sáenz y Esquiú, con la intención de comprar un sello de goma con el nombre del club.
Ellos pensaban en nombres tales como "Defensores de Nueva Pompeya", "Nueva Esperanza", "Verde Esperanza" e incluso un extraño nombre: "Verde Esperanza y No Pierde".

Cuando llegaron al comercio, el librero les hizo cambiar de opinión, ya que un sello de tales características con ese dinero ($2.50) no alcanzaba. Mientras tanto, en el local colgaba un afiche de un producto de venta masiva llamado "Huracán". Fue así como el librero de apellido Richino, les aconsejó ponerles un nombre similar.

Una semana más tarde, muy contentos regresaron a retirar el sello, y como no resistieron las ganas de utilizarlo, decidieron estamparlo en la pared de una casa recubierta de mármol blanco. La sorpresa se la llevaron cuando leyeron "Club Uracán" o sea, sin la letra "H".

La falta de la letra H, podría deberse a que el librero era de origen italiano, o simplemente porque tuvo un olvido.

Los muchachos aceptaron el sello pero tiempo después cuando les donaron los arcos con la inscripción "Huracán" se sintieron engañados y fueron a encarar al librero.

El comerciante argumentó que había pasado mucho tiempo y que prefería regalarles un sello nuevo que devolverles el dinero, porque en definitiva con H o sin H, "Huracán siempre quería decir lo mismo".

Así que regresaron a sus casas, con un sello fallado, quizás pensando en dejar otra marca, esta vez en la historia del fútbol Argentino.