viernes, 3 de mayo de 2013

UN REMEDIO PEOR QUE LA ENFERMEDAD

En tiempos anteriores a la guerra con el Brasil, el único hospital para varones que funcionaba en Buenos Aires era el de la Residencia, también llamado Hospital General de Hombres. Había sido fundado por la orden de los Bethlemitas en un solar que anteriormente había sido Jesuita.


En un comienzo, sus doscientas camas fueron destinadas a convalecientes, locos, incurables y contagiosos, pero luego se comenzó a recibir soldados heridos.


A la orden Bethlemita se le otorgó la administración de los hospitales. Tiempo después de la Revolución de Mayo se los comenzó a acusar de mal cumplimiento de sus obligaciones y el gobierno les quitó ese poder. Tan solo un año después, en 1816, la situación en los hospitales comenzó a ser lamentable, razón por la cual fueron nuevamente confiados a los betlemitas.

Finalmente en 1822, se suprimió a los betlemitas como orden, y sus bienes pasaron al Estado.

Las cosas siguieron empeorando, y en febrero de 1825 de periódico “El Argos de Buenos Aires”, publicó un artículo en donde se criticaban las condiciones del Hospital general de Hombres, y en donde varios enfermos nos daban un parte real de la situación:

"... Cama Nº 8: Esteban Ramírez, regimiento de artillería. Preguntado sobre su asistencia dijo, que tenía muchos piojos, y el colchón mojado.


Cama Nº 12: Valentín López, regimiento de artillería. Preguntado sobre su asistencia dijo, que estaba a ración de asado, sólo se daban medio cuartillo de pan, que hace más de dos meses que estaba en el hospital con el colchón podrido y aún no se le muda, que muchas veces deja de comer por lo puerco del que lleva la comida, pues éste lo hace cuando acaba la limpieza y se presenta asqueroso.


Cama Nº 13: Hastacio Ribero, regimiento de artillería. Preguntado si tenía alguna queja que exponer dijo, que el pan era muy chico y la carne muy mala, a más el estado inmundo de los sirvientes que le llevan la comida le hacen no poder tomarla muchas veces.


Cama Nº 40: Juan Gregorio Ponce, regimiento artillería. Preguntado su asistencia dijo, que la pestilencia del sirviente que le lleva la comida lo deja sin poder comer muchas veces, pues acababa éste la limpieza de los zambullos cuando iba a servirlos, que el colchón que tiene está podrido, y está con piojos.


Cama Nº 46: José Moreno, regimiento artillería. Preguntado por el estado de su asistencia dijo, que cansado de la pulpa que le dan, pidió asado, y le trajeron resto del grosos de una hostia y todo revolcado, que medio cuartillo de pan le dan de ración, que la sopa de almuerzo es amarga, pues es galleta agorgojada y con hollín.


Cama Nº 47: Elías Cabral, regimiento de húsares. Preguntado si está bien asistido dijo, que mal, por haber más que un asistente para tantos enfermos, que la sopa de la mañana era amarga, y que no ha dado parte hasta ahora por temor de que lo pongan el cepo..."


El dibujo representa la orden de los Bethlemitas asistiendo a los soldados durante las invasiones Inglesas.


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viernes, 3 de mayo de 2013

UN REMEDIO PEOR QUE LA ENFERMEDAD

En tiempos anteriores a la guerra con el Brasil, el único hospital para varones que funcionaba en Buenos Aires era el de la Residencia, también llamado Hospital General de Hombres. Había sido fundado por la orden de los Bethlemitas en un solar que anteriormente había sido Jesuita.


En un comienzo, sus doscientas camas fueron destinadas a convalecientes, locos, incurables y contagiosos, pero luego se comenzó a recibir soldados heridos.


A la orden Bethlemita se le otorgó la administración de los hospitales. Tiempo después de la Revolución de Mayo se los comenzó a acusar de mal cumplimiento de sus obligaciones y el gobierno les quitó ese poder. Tan solo un año después, en 1816, la situación en los hospitales comenzó a ser lamentable, razón por la cual fueron nuevamente confiados a los betlemitas.

Finalmente en 1822, se suprimió a los betlemitas como orden, y sus bienes pasaron al Estado.

Las cosas siguieron empeorando, y en febrero de 1825 de periódico “El Argos de Buenos Aires”, publicó un artículo en donde se criticaban las condiciones del Hospital general de Hombres, y en donde varios enfermos nos daban un parte real de la situación:

"... Cama Nº 8: Esteban Ramírez, regimiento de artillería. Preguntado sobre su asistencia dijo, que tenía muchos piojos, y el colchón mojado.


Cama Nº 12: Valentín López, regimiento de artillería. Preguntado sobre su asistencia dijo, que estaba a ración de asado, sólo se daban medio cuartillo de pan, que hace más de dos meses que estaba en el hospital con el colchón podrido y aún no se le muda, que muchas veces deja de comer por lo puerco del que lleva la comida, pues éste lo hace cuando acaba la limpieza y se presenta asqueroso.


Cama Nº 13: Hastacio Ribero, regimiento de artillería. Preguntado si tenía alguna queja que exponer dijo, que el pan era muy chico y la carne muy mala, a más el estado inmundo de los sirvientes que le llevan la comida le hacen no poder tomarla muchas veces.


Cama Nº 40: Juan Gregorio Ponce, regimiento artillería. Preguntado su asistencia dijo, que la pestilencia del sirviente que le lleva la comida lo deja sin poder comer muchas veces, pues acababa éste la limpieza de los zambullos cuando iba a servirlos, que el colchón que tiene está podrido, y está con piojos.


Cama Nº 46: José Moreno, regimiento artillería. Preguntado por el estado de su asistencia dijo, que cansado de la pulpa que le dan, pidió asado, y le trajeron resto del grosos de una hostia y todo revolcado, que medio cuartillo de pan le dan de ración, que la sopa de almuerzo es amarga, pues es galleta agorgojada y con hollín.


Cama Nº 47: Elías Cabral, regimiento de húsares. Preguntado si está bien asistido dijo, que mal, por haber más que un asistente para tantos enfermos, que la sopa de la mañana era amarga, y que no ha dado parte hasta ahora por temor de que lo pongan el cepo..."


El dibujo representa la orden de los Bethlemitas asistiendo a los soldados durante las invasiones Inglesas.


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