lunes, 22 de abril de 2013

LOS ORIGENES DEL "TELO"

Hay quienes actualmente sostienen que tener una casa velatoria o un hotel alojamiento es un negocio sumamente rentable, y esto nos trae una pregunta...

¿cuando surgen los albergues en Buenos Aires?

Ya Horacio Quiroga mencionará en sus cuentos casas de dos cuartos, con una pequeña sala de recepción en la cual el cliente era recibido y donde se le asignaba la habitación para que disfrutara de las comodidades de un catre con su acompañante, por el lapso de una noche. Los servicios que en esa época se brindaban, no incluían mucho más que un baño compartido y la discreción del encargado, cuya garantía, en general, iba en relación proporcional con el prontuario y el efectivo del cliente.

Viniendo más a nuestros días, de boca de los más sabios se escuchará decir con nostalgia el término "amueblado” y a los más jóvenes “telo” (hotel).

En 1960 una ordenanza municipal equiparó a los alojamientos por horas con el resto de los hoteles. Recién en ese momento los dueños pudieron dejar de lado el embarazoso trámite de pedirles a sus clientes los documentos al ingresar.

Entre 1960 y 1961 el comisario Luis Margaride, por entonces jefe de la División Seguridad Personal de la Policía Federal, comandó más de 700 operativos en albergues transitorios porteños en una autodenominada campaña de moralidad. El resultado: miles de parejas fueron sacadas violentamente de debajo de las sábanas y detenidas por no estar casadas.

Margaride también "visitaba" whiskerías y boites. Cuenta la historia que en un local se llevaron presas a todas las mujeres, una de ellas una cantante que estaba tomando un trago, sola... El cargo: cruzamiento de piernas. Doce horas detenida.

Volviendo a los telos, el primero de Buenos Aires fue “La Cigarra”. Ubicado en Palermo, fue el primero que colocó televisores en sus habitaciones, impuso la decoración con espejos alrededor de la cama y el frigobar. Debido a su popularidad, en 1963 se filmó en él la película “La Cigarra no es un bicho”.

A partir de la década del 70, la clase media descubrió los beneficios de reavivar el fuego de la pareja fuera de casa y su uso se popularizó hasta crear una especie de revolución sexual. A fines de los ochenta y principios de los noventa, la novedad fue el hidromasaje, pero actualmente el boom lo da el servicio de Wi-Fi en la habitación y una buena cochera individual.

No obstante, hoy la atracción mayor la dan los hoteles con habitaciones temáticas. El aula de un colegio, un cuartel de bomberos o hasta la baticueva son algunas de las puestas en escena armadas para los más imaginativos.

En Buenos Aires existen 176 albergues transitorios. Los hay económicos y con pocas pretensiones, medio pelo, o superexclusivos y de lujo. Más o menos caro, desde hace tiempo, el objetivo es siempre el mismo…

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lunes, 22 de abril de 2013

LOS ORIGENES DEL "TELO"

Hay quienes actualmente sostienen que tener una casa velatoria o un hotel alojamiento es un negocio sumamente rentable, y esto nos trae una pregunta...

¿cuando surgen los albergues en Buenos Aires?

Ya Horacio Quiroga mencionará en sus cuentos casas de dos cuartos, con una pequeña sala de recepción en la cual el cliente era recibido y donde se le asignaba la habitación para que disfrutara de las comodidades de un catre con su acompañante, por el lapso de una noche. Los servicios que en esa época se brindaban, no incluían mucho más que un baño compartido y la discreción del encargado, cuya garantía, en general, iba en relación proporcional con el prontuario y el efectivo del cliente.

Viniendo más a nuestros días, de boca de los más sabios se escuchará decir con nostalgia el término "amueblado” y a los más jóvenes “telo” (hotel).

En 1960 una ordenanza municipal equiparó a los alojamientos por horas con el resto de los hoteles. Recién en ese momento los dueños pudieron dejar de lado el embarazoso trámite de pedirles a sus clientes los documentos al ingresar.

Entre 1960 y 1961 el comisario Luis Margaride, por entonces jefe de la División Seguridad Personal de la Policía Federal, comandó más de 700 operativos en albergues transitorios porteños en una autodenominada campaña de moralidad. El resultado: miles de parejas fueron sacadas violentamente de debajo de las sábanas y detenidas por no estar casadas.

Margaride también "visitaba" whiskerías y boites. Cuenta la historia que en un local se llevaron presas a todas las mujeres, una de ellas una cantante que estaba tomando un trago, sola... El cargo: cruzamiento de piernas. Doce horas detenida.

Volviendo a los telos, el primero de Buenos Aires fue “La Cigarra”. Ubicado en Palermo, fue el primero que colocó televisores en sus habitaciones, impuso la decoración con espejos alrededor de la cama y el frigobar. Debido a su popularidad, en 1963 se filmó en él la película “La Cigarra no es un bicho”.

A partir de la década del 70, la clase media descubrió los beneficios de reavivar el fuego de la pareja fuera de casa y su uso se popularizó hasta crear una especie de revolución sexual. A fines de los ochenta y principios de los noventa, la novedad fue el hidromasaje, pero actualmente el boom lo da el servicio de Wi-Fi en la habitación y una buena cochera individual.

No obstante, hoy la atracción mayor la dan los hoteles con habitaciones temáticas. El aula de un colegio, un cuartel de bomberos o hasta la baticueva son algunas de las puestas en escena armadas para los más imaginativos.

En Buenos Aires existen 176 albergues transitorios. Los hay económicos y con pocas pretensiones, medio pelo, o superexclusivos y de lujo. Más o menos caro, desde hace tiempo, el objetivo es siempre el mismo…

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