lunes, 27 de febrero de 2012

EL ORGANITO

Es un instrumento portátil, que reproduce una melodía cuando, accionado mediante una manivela, gira su cilindro dotado de dientes o púas, pulsando unas lengüetas. Se lo cree originario de Italia, aunque a la Argentina también llegaron ejemplares fabricados en Francia, Polonia y Alemania.
La música era grababa en el cilindro, hecho de madera o cartón.. En un mismo cilindro podían registrarse entre ocho y once piezas. 


Su sonido solía atravesar zaguanes y ventanas de casas "decentes", cuyos moradores eran indiferentes sólo en apariencia a ese tango que aún cargaba con su estigma de música prohibida.
Además de atraer con su música, los organitos eran también augures ambulantes, que predecían la suerte a cambio de una moneda. Aquella dependía del pico de una cotorra, que extraía el vaticinio preimpreso ante la ávida y crédula mirada alguna muchacha que participaba.

Cierta vez, un organillero llamado Don Rafael contó que la llamada “cotorrita de la suerte” era un invento argentino, que él poseía 60 frases distintas para imprimir en los papelitos de colores que sacaría la cotorrita cuando le abrían la puertita, que era difícil amaestrarlas, pero podían vivir 20 años. Y que a los argentinos, sobre todo a las mujeres, había que chamullarles el destino; si no, no daban un centavo.

Fuente: todotango.com



lunes, 27 de febrero de 2012

EL ORGANITO

Es un instrumento portátil, que reproduce una melodía cuando, accionado mediante una manivela, gira su cilindro dotado de dientes o púas, pulsando unas lengüetas. Se lo cree originario de Italia, aunque a la Argentina también llegaron ejemplares fabricados en Francia, Polonia y Alemania.
La música era grababa en el cilindro, hecho de madera o cartón.. En un mismo cilindro podían registrarse entre ocho y once piezas. 


Su sonido solía atravesar zaguanes y ventanas de casas "decentes", cuyos moradores eran indiferentes sólo en apariencia a ese tango que aún cargaba con su estigma de música prohibida.
Además de atraer con su música, los organitos eran también augures ambulantes, que predecían la suerte a cambio de una moneda. Aquella dependía del pico de una cotorra, que extraía el vaticinio preimpreso ante la ávida y crédula mirada alguna muchacha que participaba.

Cierta vez, un organillero llamado Don Rafael contó que la llamada “cotorrita de la suerte” era un invento argentino, que él poseía 60 frases distintas para imprimir en los papelitos de colores que sacaría la cotorrita cuando le abrían la puertita, que era difícil amaestrarlas, pero podían vivir 20 años. Y que a los argentinos, sobre todo a las mujeres, había que chamullarles el destino; si no, no daban un centavo.

Fuente: todotango.com