miércoles, 19 de diciembre de 2012

LOS PADRES DE LA NOCHE PORTEÑA

En 1964, los mellizos José y Alberto Lata Liste inauguraron la boite más exitosa de todo Buenos Aires.
El nombre del lugar habría sido tomado del movimiento guerrillero de liberación negra en Kenia: “Mau Mau”

La decoración elegida para el boliche fue de estilo africano, con pieles de cebra y cabezas de animales embalsamados en las paredes. El lugar contaba también con una estatua en madera tallada que simbolizaba a mau mau y esculturas femeninas representaban al sexo debil. La pista era circular y tenia 7 metros de diámetro.

“Gastamos 20 millones de pesos para simular el living de un millonario en el que, noche a noche, se daban refinadas fiestas. “ afirmaba Lata Liste.

Hay que pensar que, hasta entonces, las boites argentinas sólo tenían capacidad para 120 personas, y de ahí su nombre: boite quiere decir "cajita". No todos pudieron adaptarse al cambio: Mau Mau abrió con una capacidad para 400 personas.

Otro rasgo característico fue que en lugar de poner un patovica en la entrada, optaron por un riguroso sistema de entrada atendido por un profesional que recordaba los nombres de todos los habitués.

Para entrar había que ser mayor de edad, ir de riguroso saco y corbata (los caballeros) o de largo (las damas). Los baños eran impecables, había un maître (el Tano Fabrizzi) que acompañaba a la gente a sus mesas y los camareros nunca entraban en confianza con los clientes.

Entrar a Mau Mau era “lo más” y por eso no todos entraban. De esto se encargaba "Fraga", el portero, más conocido como "El Insobornable".

Los años 70 pusieron en jaque la estética. El blue jean y los pantalones oxford con zapatos de plataforma entraron por la puerta de Arroyo dejando atrás los vestidos largos y las corbatas sobrias. Entonces Mau-Mau cambió: tiñó sus paredes y pisos de bordeaux y negro.
Poco después, el bordeaux y el negro fueron reemplazados por bronce, espejos ahumados y múltiples helechos.

Lata Lista también se encargó de importar celebridades “high class” como Alain Delon el príncipe Bertil de Suecia, Charles Aznavour, Vinicius de Moraes... y otros no tan "high" como Carlos Monzon, Guillermo Vilas, Hugo Gatti, e infinidad de políticos, militares y modelos de época, en esa licuadora llamada Mau Mau.

Este cambio al parecer habría sido pedido por su dueño. La anécdota cuenta que Lata Siste saco su encendedor Dupont de oro y carey de su bolsillo y dijo: “Quiero que Mau Mau sea esto”.
Con otro look, Mau Mau seguía siendo el templo de la noche, apelando a una fórmula sencilla: una combinación de lo avant-garde y lo demodé con la dosis justa de snobismo.

El cambio de década trajo consigo el comienzo de la decadencia. La boite de los 70 intentaba no perder identidad en su mutación a discotheque de los 80s.
En los 90´s la movida nocturna se desplazó definitivamente y los matrimonios y parejas que frecuentaban los sillones de la boite fueron reemplazados por “señoritas” ronroneantes y caballeros solitarios.

Ya en 1994 llegó el ocaso y sus dueños cerraron el lugar... la boite más dandy de Buenos Aires.


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miércoles, 19 de diciembre de 2012

LOS PADRES DE LA NOCHE PORTEÑA

En 1964, los mellizos José y Alberto Lata Liste inauguraron la boite más exitosa de todo Buenos Aires.
El nombre del lugar habría sido tomado del movimiento guerrillero de liberación negra en Kenia: “Mau Mau”

La decoración elegida para el boliche fue de estilo africano, con pieles de cebra y cabezas de animales embalsamados en las paredes. El lugar contaba también con una estatua en madera tallada que simbolizaba a mau mau y esculturas femeninas representaban al sexo debil. La pista era circular y tenia 7 metros de diámetro.

“Gastamos 20 millones de pesos para simular el living de un millonario en el que, noche a noche, se daban refinadas fiestas. “ afirmaba Lata Liste.

Hay que pensar que, hasta entonces, las boites argentinas sólo tenían capacidad para 120 personas, y de ahí su nombre: boite quiere decir "cajita". No todos pudieron adaptarse al cambio: Mau Mau abrió con una capacidad para 400 personas.

Otro rasgo característico fue que en lugar de poner un patovica en la entrada, optaron por un riguroso sistema de entrada atendido por un profesional que recordaba los nombres de todos los habitués.

Para entrar había que ser mayor de edad, ir de riguroso saco y corbata (los caballeros) o de largo (las damas). Los baños eran impecables, había un maître (el Tano Fabrizzi) que acompañaba a la gente a sus mesas y los camareros nunca entraban en confianza con los clientes.

Entrar a Mau Mau era “lo más” y por eso no todos entraban. De esto se encargaba "Fraga", el portero, más conocido como "El Insobornable".

Los años 70 pusieron en jaque la estética. El blue jean y los pantalones oxford con zapatos de plataforma entraron por la puerta de Arroyo dejando atrás los vestidos largos y las corbatas sobrias. Entonces Mau-Mau cambió: tiñó sus paredes y pisos de bordeaux y negro.
Poco después, el bordeaux y el negro fueron reemplazados por bronce, espejos ahumados y múltiples helechos.

Lata Lista también se encargó de importar celebridades “high class” como Alain Delon el príncipe Bertil de Suecia, Charles Aznavour, Vinicius de Moraes... y otros no tan "high" como Carlos Monzon, Guillermo Vilas, Hugo Gatti, e infinidad de políticos, militares y modelos de época, en esa licuadora llamada Mau Mau.

Este cambio al parecer habría sido pedido por su dueño. La anécdota cuenta que Lata Siste saco su encendedor Dupont de oro y carey de su bolsillo y dijo: “Quiero que Mau Mau sea esto”.
Con otro look, Mau Mau seguía siendo el templo de la noche, apelando a una fórmula sencilla: una combinación de lo avant-garde y lo demodé con la dosis justa de snobismo.

El cambio de década trajo consigo el comienzo de la decadencia. La boite de los 70 intentaba no perder identidad en su mutación a discotheque de los 80s.
En los 90´s la movida nocturna se desplazó definitivamente y los matrimonios y parejas que frecuentaban los sillones de la boite fueron reemplazados por “señoritas” ronroneantes y caballeros solitarios.

Ya en 1994 llegó el ocaso y sus dueños cerraron el lugar... la boite más dandy de Buenos Aires.


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